31 de diciembre del 2023
Terminar con la mala racha
Todos, desde un líder bravucón hasta un "columnista menor", anhelamos reconocimiento. Ese es un instinto poderoso. En la Segunda Guerra Mundial, por ejemplo, el reconocimiento público de los pilotos de la fuerza aérea de gran desempeño no solo llenaba de ego al galardonado. Con la noticia, los pilotos sin distinción del mismo escuadrón mostraban mayor esfuerzo y más victorias en batalla. ¡Sorprendentes formas de aumentar la productividad!
Chile lleva muchos años sin distinguirse en lo económico. Y sin crecimiento, se ha incrementado la sensación de estancamiento y decadencia en la población. La encuesta CEP lo ilustra. Mientras el 47% declaraba en 2013 que el país estaba progresando, el porcentaje es solo un 12% en la actualidad.
Durante el 2023, la mala racha continuó. Sí hubo una novedad. Sin responsables externos directos, se comprobó que la reinante carencia de progreso tiene un origen local. Las implicancias macroeconómicas son muchas -¿regla de balance estructural sin expectativas de ciclos positivos?-, pero lo invito a detenerse en la micro.
¿A qué puede aspirar una familia promedio en Chile hoy?
Luego de una década de crecimiento promedio anual de 2% y sin predicciones de mejorías, ¿a qué puede aspirar la familia promedio en Chile? Es crudo, pero verdad es que no a mucho más de lo que tiene en la actualidad. Esto es un caldo de cultivo para esas crisis amplias que se cocinan a fuego lento: una aspiracional.
Hablando de bravucones, los economistas tendemos a prestar más atención a las expectativas (¿qué esperamos lograr?) que a las aspiraciones (¿qué deseamos alcanzar?). En este caso, la inclinación es un error. Le explico el porqué.
Sabemos que las aspiraciones son clave. Evolucionan definiendo gustos, patrones de comportamiento y decisiones. Tienen, además, algo pendular. Bien gestionadas son fuente de inspiración, pero mal manejadas son pura frustración. Le doy un ejemplo nacional: educación superior gratuita, pero de mala calidad. Las familias respondieron, el mercado laboral descontó y miles de trabajadores se frustraron al reconocer el error.
Frente a esto, uno esperaría que las autoridades responsables ajustaran radares buscando soluciones por el bien de la población. Sin embargo, esto no siempre ocurre. La razón está en la posibilidad de explotar nuestra capacidad de adaptación. Frente a la incapacidad de cerrar brechas en complejos temas económicos, y quizás motivado por la frustración, resulta más atractivo promover la satisfacción colectiva en ámbitos básicos como subir cerros, andar en bicicleta o un trote matinal. Así se busca redireccionar nuestra atención.
Esto es una trampa que hay que sortear. Para eso, una estrategia es dar el mayor reconocimiento público posible a toda noticia económica positiva en el Chile del 2024. No para agrandar el ego de la autoridad que se la adjudique, sino que, como en el caso de los pilotos de guerra, para generar más esfuerzo y competencia entre sus colegas sin galardón. En el fondo, para comenzar a erradicar la mala racha económica que es ahora curtida por una crisis aspiracional extendida entre muchos de quienes detentan el poder.
Fuente: El Mercurio - Cuerpo A, Página 3
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MicroeconomíaIng. Comercial U. de Chile. Ph.D. en Economía U. de Chicago (EE.UU.). Associate Professor University of Maryland.
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Universidad de Maryland