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Si no fuese por los 30 años

20 de octubre del 2024


Si no fuese por los 30 años

Si no fuese por los 30 años

''No podemos seguir girando cheques a cuenta de éxitos pasados''.

Casi siempre el tiempo pasa volando, pero solo casi siempre. Ocasionalmente los países entran en túneles de estancamiento que parecen eternos. Obvio, no todos notan la falta de progreso de igual forma. Por ejemplo, han pasado cinco años desde el estallido. Para parte de la élite acomodada, han sido como cinco minutos. También para la clase media y los más vulnerables, pero debajo del agua.

Como factor de frustración y malestar, el estancamiento económico ya era tema antes de ese día de octubre. Y, sin embargo, desde entonces el declive de Chile no para. Ranking tras ranking, dato tras dato, las cifras dan cuenta de un deterioro institucional profundo y una confusión (y responsabilidad) política inmensa. Sin afán de simplificar, permítame resumir los últimos cinco años con algunas estadísticas.

En promedio, entre 2019 y 2024 el PIB de Chile crecerá cerca de 1,75% anual, cifra inferior a la de 2014-18 (2,2%), cuando se fraguó parte del problema. Si el cálculo se hace en términos per cápita, el promedio arroja, afírmese, un 0,6% de expansión. ¿Posibilidad de hacerse cargo de demandas? Mínima. Con suerte mantener el nivel de vida previo a esa tarde/noche de violencia.

Por supuesto, sería absurdo desconocer que en el quinquenio hubo una crisis mundial causada por la pandemia. Comparémonos entonces con el resto del planeta.

Primero un ejercicio ambicioso. En el 2018, el PIB per cápita promedio de las economías avanzadas era 3,05 veces el chileno. Para el 2024, el FMI anticipa un aumento a 3,5 veces. Es decir, la distancia aumentó, mala cosa. Intentemos una comparación más aspiracional: ¿versus Portugal? El 2018, el PIB per cápita luso era 1,5 veces el nuestro; en la actualidad, 1,74 veces. También salimos para atrás. Vámonos mejor a otra liga. Países emergentes y en vías de desarrollo: 0,34 el 2018 a 0,4 el 2024. Otra derrota. ¿Uruguay? En PIB per cápita (PPP, Banco Mundial) nos superó el 2022. ¿Chile vs. Colombia? 0-4, paliza. Ojo con el fútbol como reflejo de la amplitud de la crisis.

Por lo tanto, el estancamiento local también significó un retroceso relativo. Es que las inversiones no esperan. La competencia es feroz y el que pestañea pierde.

Pese a todo lo anterior, fíjese, hemos tenido suerte. Porque seamos francos. Frente a la incertidumbre institucional de los últimos 5 años, más la violencia, desorden político, oportunidades perdidas (litio), el descalabro podría ser mayor. ¿Qué ha sostenido la estantería? Es evidente que los avances de esos tan vapuleados 30 años han servido de paracaídas. Le doy un solo ejemplo. En septiembre del 2019 había US$ 14.163 millones en el FEES (fondo soberano), hoy quedan US$ 3.700 millones. Ese chanchito cebado con ahorros del pasado, hoy más bien famélico, evitó un desplome más acelerado.

Ahora, no podemos seguir girando cheques a cuenta de esos éxitos. Como la paciencia, los recursos se acaban. Quizás sea necesario sentir que no existe paracaídas eterno para cambiar el rumbo. Puede ser, pero convengamos que hay cosas que ni 30 años de progreso pueden contener, ¿o no sintió la caída libre de la semana pasada?

Autor: Sergio Urzúa



Fuente: El Mercurio - Cuerpo A, Página3.

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Sergio Urzúa

Ing. Comercial U. de Chile. Ph.D. en Economía U. de Chicago (EE.UU.). Associate Professor University of Maryland.

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