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Sergio Urzúa es elegido por sus pares como el Economista del año 2022

8 de enero del 2023


Sergio Urzúa es elegido por sus pares como el Economista del año 2022

Economía y Negocios de “El Mercurio” entrega anualmente el reconocimiento:

SERGIO URZUA ES ELEGIDO POR SUS PARES como el Economista del Año 2022

Nacido en una familia de clase de media, vivió hasta su adolescencia en la comuna de Maipú y desde niño supo que la educación era fundamental para el progreso en la vida. Estudió en el Instituto Nacional y en la Universidad de Chile, y obtuvo su doctorado en la Universidad de Chicago. Actual académico en Maryland, aunque la mayor parte de su vida laboral la ha construido en Estados Unidos, se siente profundamente chileno y comprometido con el país.

Lúcido, generoso, brillante y sobre todo muy riguroso, son algunas de las características que quienes lo han conocido a lo largo de su carrera destacan de Sergio Urzúa (45). El ingeniero comercial de la Universidad de Chile y doctor en Economía de la Universidad de Chicago fue escogido por sus pares como el Economista del Año 2022, reconocimiento que entrega anualmente Economía y Negocios de “El Mercurio”.

El premio se entrega desde 2001 y se ha otorgado antes a Rodrigo Cerda, Ignacio Briones, Mario Marcel, Rosanna Costa, Andrea Repetto, Joseph Ramos, Vittorio Corbo, Eduardo Engel, Felipe Larraín, Rodrigo Valdés, Ricardo Caballero, entre otros destacados economistas.

La carrera de este reconocido académico e investigador se ha ido construyendo casi de manera fortuita, según él mismo señala, tomando las oportunidades que se le fueron presentando en el camino. “Nada ha sido muy planificado. Las cosas se fueron dando muy rápido. Desde que comencé a estudiar el doctorado y me quedé en Estados Unidos”, afirma.

Pese a eso, Sergio Urzúa valora por sobre todo el esfuerzo y el mérito. Nació en el seno de una familia de clase media. Su madre, profesora normalista, directora de varios colegios públicos, y su padre, empleado público, le enseñaron de niño la relevancia de la educación.

Comenzó la educación básica en una escuela de La Cisterna, donde su madre era directora, y luego en Maipú, comuna donde creció en unos blocs de departamentos y donde aún vive su familia.

Luego logró entrar al Instituto Nacional, donde estuvo de 7? básico a 4” medio. Fue un alumno destacado, pero no el mejor en matemáticas, que era un ramo que le gustaba y en el que le iba bien, al igual que las ciencias sociales. Y aunque tuvo un curso de economía en el colegio, no lo recuerda como una gran experiencia de aprendizaje, pero sí se despertó en él la curiosidad por el área.

Entró a estudiar Ingeniería Comercial en la Universidad de Chile, en una etapa en que la facultad vivía una renovación generacional relevante, ya que estaban llegando de sus estudios en el exterior profesores como David Bravo o Dante Contreras, que se sumaban a otros como Ricardo Paredes, Osvaldo Larrañaga y Joe Ramos. También llegaron en esos años Rodrigo Valdés y Pablo García.

“Tuve la suerte de toparme con todos ellos como estudiante. Con ellos también estaba todo el ímpetu y la idea en la facultad de que después uno debía irse a estudiar afuera”, comenta Urzúa.

“Recuerdo de Sergio su reconocimiento de sus profesores del Instituto Nacional, la admiración a sus padres, el respeto que les tenía a distintos profesores de la universidad, sin que ello le impidiera ser bastante crítico con algunos. Para mí, Sergio era una mente difícil de replicar, una persona rápida, una mente brillante”, recuerda de ese entonces su profesor Ricardo Paredes.

Con el economista Tomás Rau se conocieron en 4” año en la Universidad y coincidieron como ayudantes. “Sergio impresionaba por su capacidad de trabajo —que conserva hasta el día de hoy—, de hecho bromeábamos con los otros ayudantes de que tenía un saco de dormir en la oficina”, recuerda Rau.

Si bien Sergio Urzúa reconoció en la Universidad de Chile algo del espíritu institutano de la educación pública, le llamó la atención la mayor heterogeneidad social que había. Eso le gustó. “Había más diversidad y una estratificación social evidente, entre estudiantes que venían de colegios públicos y privados, pero eso mismo enriquecía el debate”, señala.

También valora la diversidad de posturas. “Había discusión política, era fines de los 90, pero había de todo en la facultad. Pienso que era el reflejo del Chile de los 90, de la búsqueda de consensos, propio de un país que estaba creciendo y reduciendo la pobreza. No había un debate de ideologías utópicas o para levantar castillos en el aire; al contrario, era bien aterrizado y estudioso del proceso de desarrollo de Chile”, dice Urzúa.

Su arribo a Chicago y su retorno a Chile

Cuando aún no debía postular para irse a estudiar afuera, por un caso fortuito viajó a una conferencia en Brasil junto a David Bravo, de quien era ayudante. Tenía 21 años y era la segunda vez que viajaba al extranjero. La primera había sido un año antes, a Washington, junto a Dante Contreras.

Ese viaje a Brasil marcó el resto de su carrera. Acompañó a Bravo a un desayuno con el destacado economista y académico de la Universidad de Chicago James Heckman (premio Nobel de Economía en 2000), con quien de inmediato estableció una relación y quien lo invitó a Chicago. Sin pensarlo mucho, Urzúa tomó maletas, viajó a Chicago y por tres meses investigó y asistió a clases. Estando en esa situación, ya instalado en Estados Unidos, postuló al doctorado y fue aceptado.

“Fue el mejor estudiante de su generación entonces. Como buen alumno, estuvo tentado para trabajar en macroeconomía e ir al Banco Central. Pero creo haber sido una buena influencia para que más bien su camino fuera la microeconomía, la educación y el mercado del trabajo”, señala David Bravo.

Joseph Ramos también lo recuerda como “un alumno brillante, pero no creído”. Destaca que “haberse ido a Chicago y ser ayudante en primer año de un profesor como James Heckman, quien probablemente tenía una lista de personas con quienes trabajar, es muy meritorio y habla de su capacidad intelectual”.

En Chicago se topó con Rodrigo Cerda, quien había llegado antes al mismo programa y lo recuerda como un estudiante con muchas ganas de aprender. “Es un economista para los tiempos que se viven ahora, abierto a explorar complejos temas sociales a partir de evidencia y en diálogo con otras disciplinas y con la sociedad”, afirma Cerda.

Terminado el doctorado, Urzúa empezó su labor en la docencia en la Universidad de Northwestern.

A través de sus investigaciones, Urzúa también conoció a otro de sus referentes, el destacado economista estadounidense Jere Behrman, quien es profesor en la Universidad de Pensilvania. Behrman describe a Sergio como un profesional muy energético y prolífico en investigación. “Aporta una buena mezcla de contribuciones metodológicas y aplicadas para entender el funcionamiento del mercado laboral, los roles del capital humano y en generación de políticas relacionadas, en los Estados Unidos, en Chile, e internacionalmente”, señala.

En febrero de 2010 ocurrió el terremoto en Chile y Felipe Larraín, quien asumiría como ministro de Hacienda en el primer gobierno de Sebastián Piñera, lo invitó a formar parte del nuevo equipo de Teatinos 120. Urzúa no conocía a Larraín, pero tenía referencias por Rodrigo Cerda, quien ocuparía entonces el cargo de coordinador macroeconómico de la cartera.

No estaba en sus planes volver a Chile, pero el terremoto lo cambió todo. Sintió que era lo que debía hacer. Pidió un año sabático en Northwestern y en marzo de 2010 asumió como coordinador de mercados laborales de Hacienda. “Fue un año fascinante, tanto por el trabajo realizado como por el equipo”, recuerda.

En 2011 volvió a Estados Unidos y ese mismo año asumió como académico en la Universidad de Maryland, donde echó raíces y es profesor titular.

Quienes conocen a Sergio Urzúa lo describen como un hombre inquieto, capaz de estar en varios frentes a la vez. De hecho, además de su paso por Hacienda, en políticas públicas ha participado en varias instancias, como la Comisión Asesora de Pensiones de la CPC (2016), la Comisión Asesora Presidencial sobre el Sistema de Pensiones de Chile (2014-2015) y la Comisión Presidencial para el Diseño del Programa Ingreso Ético Familiar (20102012), entre otras.

En 2012 asumió como economista jefe del área de políticas sociales del Centro de Estudios Públicos (CEP), donde conoció a Arturo Fontaine, y con quien escribió el libro “Educación con patines”. “Pude comprobar su inclinación casi instintiva a respaldar las tesis sostenidas con datos firmes, sin intentar “acomodar” la evidencia, su aptitud para anticipar objeciones, su inteligencia creativa, su espíritu de equipo”, recuerda Fontaine, quien destaca, además, su lucidez, sencillez y sentido del humor.

Actualmente, su espacio de investigación en Chile está en CLAPES UC, donde es investigador internacional.

Un futuro abierto 

Sergio Urzúa está casado con la economista María Isabel Larenas, con quien tiene tres hijos: dos mellizos de 15 años (un niño y una niña) y el menor de 14.

Con María Isabel se conocieron en la Universidad de Chile y viajaron juntos a Chicago, donde ella también trabajó de investigadora. Ella, que también cuenta con una exitosa carrera profesional en el extranjero, ha sido un apoyo fundamental para Sergio en su vida.

Viajan cuando pueden a Chile y suelen visitar los mismos barrios donde crecieron y aún viven sus padres.

Cruzado de corazón, reconoce que le gustaba ir al estadio a ver a la Católica en San Carlos de Apoquindo. Una afición que ha ido perdiendo, pero que fue pasión cuando más joven. Aunque también confidencia que de vez en cuando asistía a partidos de la Patrona de Chile, un equipo local, en un estadio en el corazón de Maipú. ¿ Volvería a vivir en Chile? No lo descarta, pero ve que cada vez se ha hecho más difícil. Pero la vida lo ha ido sorprendiendo y puede seguir haciéndolo. “Estados Unidos a uno lo recibe con los brazos abiertos, pero nunca los cierra para abrazar. Y nuestras familias y amigos están en Chile. Quién sabe”, señala.

Había leído, claro, varios papers suyos —impresionantes por su rigor y lucidez— y su currículum. En la conversación conocí además su naturalidad, sencillez y sentido del humor”. ARTURO FONTAINE EXDIRECTOR DEL CEP

Está dentro de un puñado de académicos internacionales más visibles en microeconometría aplicada al mercado laboral que han obtenido su doctorado en el siglo XXI”. JERE BEHRMAN ECONOMISTA Y PROFESOR EN LA U. DE PENSILVANIA

Es un economista brillante, que ha desarrollado su carrera en EE.UU. Y casi paralelamente en Chile. Ha tenido gran influencia y ha participado en distintas comisiones en distintos gobiernos”. DAVID BRAVO ECONOMISTA Y ACADÉMICO

Autor en mención: Sergio Urzúa

Fuente: El Mercurio - Portada, Cuerpo A, Página 1; Cuerpo B, Página 4

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Sergio Urzúa

Ing. Comercial U. de Chile. Ph.D. en Economía U. de Chicago (EE.UU.). Associate Professor University of Maryland.

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