21 de junio del 2024
Causa principal no sería la masificación o disminución en la calidad de la educación superior:
Menor crecimiento y deterioro del mercado laboral golpean el "retorno educacional"
En los últimos años ha surgido el debate respecto a si la educación superior puede verse todavía como la herramienta de movilidad social y si sigue cumpliendo con las expectativas de mejorar la calidad de vida de quienes acceden a ella.
Se plantea que ha aumentado la subocupación (ocupación por debajo de las calificaciones obtenidas) y que ha caído el premio salarial (el salario que reciben los egresados de educación superior por sobre quienes tienen un menor nivel educacional). Un análisis de CLAPES UC advirtió que los subocupados que acceden a la educación superior y no finalizan sus estudios ganan, en promedio, igual o menos respecto de quienes solo terminaron cuarto medio.
En ese sentido, se ha argumentado que la promesa de una mejor calidad de vida no se ha cumplido por la masificación de la educación superior.
Sin embargo, un estudio del Instituto de Políticas Públicas de la Universidad Andrés Bello (UNAB) rebatió esa tesis y sostiene que el nivel y la calidad de empleo se encuentran directamente correlacionados con el desempeño económico del país.
Se concluye que al observar la información disponible se encuentra que la causa principal de la caída en el retorno educacional (empleabilidad e ingresos de egresados) no es la masificación o una disminución en la calidad de la educación superior, sino que el empeoramiento del mercado laboral debido a una disminución del crecimiento.
Masificación de la educación
Según el análisis de la UNAB, Chile ha experimentado una masificación en el acceso a la educación superior en las últimas décadas, pasando de un 15,3% de cobertura bruta en 1990 a un 65,1% en 2022, en personas entre 18 y 24 años. Adicionalmente, este crecimiento ha sido más significativo en los sectores de más bajos recursos, donde durante el mismo período de tiempo el primer quintil de la población ascendió de un 4% a un 37,7% de cobertura neta.
Se destaca que esta masificación de la educación terciaria ha impulsado, entre otras cosas, una mayor empleabilidad y de mejor calidad entre sus egresa-dos. Según la última Encuesta Nacional de Empleo del trimestre móvil febrero-marzo-abril de 2024, la tasa de ocupación de quienes cuentan con un nivel educacional técnico superior es de 69%, de un 66% para quienes alcanzan un grado universitario y de un 88,2% para quienes tienen un posgrado. Esa realidad contrasta con la tasa de ocupación de quienes llegan hasta la educación básica (40,8%) o media (54,1%).
Para quienes solo tienen educación básica, la tasa de empleo informal —aquellas personas que trabajan sin acceso a seguridad social— llega al 51,3%, y al 32,7% para quienes tienen educación media. Por el contrario, para trabajadores con educación técnica, universitaria o posgrado, la informalidad laboral se reduce a un 18,7%, 15,6% y 10,3%, respectivamente.
No obstante, se advierte que en los últimos años subió la subocupación de los profesionales chilenos y también se ha evidenciado una disminución en su premio salarial. En ese escenario, la investigación asegura que el nivel y la calidad del empleo se correlacionan con el desempeño económico del país.
El estudio analiza la desaceleración del crecimiento económico del país en los últimos años, donde se pasó de una variación real del 9,2% en 1995 a un 3,9% en 2018 y a un 0,2% en 2023. En este contexto, el informe calculó la capacidad de absorción del mercado laboral con el fin de mostrar la posibilidad del mercado de emplear a quienes entran a la fuerza laboral durante los últimos años y cómo esto se ha visto correlacionado con la variación del Índice de Actividad Económica Mensual (Imacec).
Se identificó una correlación positiva y significativa de 62% entre la variación del Imacec y la capacidad de absorción del mercado laboral, medida como la diferencia entre la creación de puestos de trabajo y los empleados potenciales (ver gráfico). El informe cita lo ocurrido durante la crisis asiática en 1999, donde 183,1 mil personas entraron a la fuerza laboral y hubo una destrucción de 40,6 mil empleos, lo que generó un déficit en la capacidad de absorción de -223,7 mil, período donde la actividad económica tuvo una variación de -5% anual.
Impulso de la actividad
Además, se indaga en la relación entre el empleo asalariado y la actividad económica, los cuales se encuentran significativa y positivamente correlacionados, mostrando que cuando la actividad se ve perjudicada, el nivel de trabajo asalariado cae.
El director ejecutivo del Instituto de Políticas Públicas UNAB, Raúl Figueroa, dice que los resultados de la investigación revelan los avances en cobertura y calidad de la educación superior en Chile durante las últimas décadas y muestran los beneficios tangibles para quienes egresan de ella. También destaca que "la alta correlación entre crecimiento económico y la capacidad de absorción del mercado laboral indica que los esfuerzos por ampliar la cobertura de la educación superior han sido positivos, y que el toco de la política pública debe estar en el crecimiento más que en limitar el acceso y la oferta educativa".
La investigadora y economista de la UNAB, Francisca Espinoza, afirma que "para que nuestro mercado laboral pueda absorber y ofrecer oportunidades pertinentes a todos los trabajadores de distintas calificaciones, es necesario que se impulse la actividad económica con una agenda procrecimiento sólida".
Carlos Williamson, investigador de CLAPES UC, ha señalado que "parece urgente un mayor dinamismo de la economía para ampliar las fuentes laborales para trabajos más calificados".
Fuente: El Mercurio - Cuerpo B, Página 2.
Ingeniero Comercial UC y Master of Arts de la Universidad de Chicago, EE.UU.