Llega el cuarto del siglo XXI: Expresidentes, deportistas y economistas proyectan lo que depara el 2025

Llega el cuarto del siglo XXI: Expresidentes, deportistas y economistas proyectan lo que depara el 2025

• Desde distintos frentes, varias voces abogan por mejoras, reformas, acuerdos que mejoren la vida de los chilenos y chilenas. Todo, en un mundo que continuará avanzando vertiginosamente, con "menos certezas y más sorpresas".

Si bien el fin de año estuvo nutrido de "balances", hay otro ejercicio interesante que hacer: proyectar cómo podría ser la llegada de este 2025, que además marca el primer cuarto de siglo XXI. 

Para ello, Emol consultó a distintas personalidades, del mundo político, económico, deportivo y de la academia, cómo proyectan este nuevo año y qué hito ven como relevante. 

Para algunos, el mundo seguirá con "escenarios impredecibles", en un contexto donde "cada vez hay menos certezas y más sorpresas", en todo ámbito. Otras voces creen que el 2025 debe marcar un "punto de inflexión" para que el mundo político refuerce compromisos con la acción climática, la juticia social y la igualdad de género. 

En tanto, otros abogan porque se logren más acuerdos -sobre todo porque el venidero año tendrá elecciones presidenciales-, más reformas que mejoren, por ejemplo, el sistema político; y otros, por cierto, abogan por mejoras y más apoyo al deporte, que espera seguir dando grandes alegrías en 2025, tal como lo hizo en el año que nos deja.

El 2025 marca un cuarto del siglo XXI, una oportunidad para reflexionar sobre los avances alcanzados y los desafíos que aún enfrentamos. Si bien hemos progresado en tecnología, derechos humanos y sostenibilidad, seguimos lidiando con desigualdades profundas, la triple crisis planetaria –cambio climático, polución y pérdida de biodiversidad–, y amenazas a la democracia que nos exigen actuar con decisión. 

El próximo año debe ser un punto de inflexión para reforzar nuestro compromiso con la acción climática, la justicia social y la igualdad de género, y también para defender y fortalecer nuestras democracias, que son la base de sociedades justas y libres. Veo como un hito clave la necesidad de revitalizar el multilateralismo y la cooperación internacional, enfocada en las personas y en el planeta, por encima de intereses cortoplacistas. Nuestros esfuerzos conjuntos deben estar puestos en avanzar en materia de seguridad y tener un mundo en paz. 

Hago un llamado a todos los sectores, gobiernos, empresas, comunidades y ciudadanos y ciudadanas, a proteger nuestros valores democráticos y redoblar los esfuerzos por un futuro más justo, inclusivo y sostenible para las próximas generaciones.

El 2025 es un año un poco más tranquilo, porque no hay un mega evento deportivo. Siempre el año post Juego Olímpico es un año más tranqui, pero obviamente es una instancia para volver a replantearse qué se hizo bien, en qué se puede mejorar con miras a este nuevo ciclo olímpico que tenemos por delante que va a culminar con Los Angeles 2028. Tuvimos una reunión con el Comité Olímpico, fue una reunión súper productiva en que cada uno pudo exponer sus inquietudes, sus necesidades, sus requerimientos y las ideas que tienen para aportar. Se pueden mejorar tantas cosas. Tenemos que seguir mejorando la alianza público privada. Tenemos que seguir trabajando en los grupos de interés en los deportes que sí somos fuertes y obviamente ir desarrollando nuestra generación más joven, que van a estar en los posibles Juegos Olímpicos que vamos a albergar en el 20236. Ir pensando ya en el recambio, ojalá apoyar el deporte de alto rendimiento más desde los inicios, no tanto desde el logro. 

En 2025 tengo las cuatro copas del mundo, el Mundial. No habrá clasificación olímpica aún, pero ya empezar a plantear cómo vamos a clasificar a Los Ángeles 2028.

Este 2025 quisiera ver un país con más unidad, con un proyecto común y quisiera como Arzobispo de Santiago colaborar a que eso se haga realidad. Si no tenemos un proyecto común la democracia se va a debilitar y eso es gravísimo, por eso yo espero que todas las fuerzas religiosas, políticas, culturales y sociales se aúnen, que tengan como norte el país, su seguridad y sobre todo que se proyecten a 25-50 años más. 

También me propongo fortalecer fuertemente la fe, la esperanza y la caridad de todos los católicos. Hacerles ver la importancia que tienen para el país y su desarrollo humano, moral, religioso e intelectual. 

Quisiera colaborar también, para dar un impulso claro y potente para la superación de la pobreza. Son muchas las familias que tienen dificultades para llegar a fin de mes, muchas dificultades para sacar adelante a sus hijos y ahí se requiere mayor creatividad y una especial atención a los adultos mayores que son cada vez más, están cada vez más solos, enfermos, abandonados y tristes. 

Quisiera que se le reconozca también a la Iglesia Católica el inmenso aporte que hace al país en los más vastos campos pastorales, educacionales y sociales.

El próximo año, me gustaría tener la posibilidad de seguir actuando y dar a conocer la música en su integridad, tanto chilena como extranjera. Un hito muy importante es que los chilenos y chilenas, tendremos la oportunidad de ejercer la democracia, en libertad, es un privilegio que hay que cuidar enormemente. En las elecciones del 2025, busquemos ser representados en nuestros derechos, anhelos y obligaciones, dentro de una política de gobierno que sea amplia y beneficiosa para todo el país. Ese es un hito importante, que ojalá se cumpla.

Imposible no añorarlo. 25 años atrás, cuando emergió el siglo 21, el mundo irradiaba optimismo. El capitalismo, la democracia y la paz, así como el comercio internacional y la globalización, parecían haber llegado para quedarse. 

El atentado a las Torres Gemelas fue el primer recordatorio de que las pasiones no habían muerto a manos de los intereses. Luego vino la crisis económica de 2008, que se encargó de recordar de que la prosperidad no era para siempre. El mundo se recuperó, pero con más desigualdades, polarización e inestabilidad. Desde entonces lo que ronronea es la impaciencia. Chile no ha sido una excepción. 

¿Qué se proyecta para el nuevo año? Excepto la crisis climática, nada peor que los años recientes. Trump-Musk ponen la música. Quizás nos resfríe, pero es un nuevo aire que nos saca de la modorra. Los guiones, libretos, programas, medidas y estilos del pasado están obsoletos. Hay que inventar cosas nuevas. 

En Chile tendremos un hito clave: elecciones. Son oportunidades únicas para dejar de cobrar cuentas por el pasado y proponer ideas nuevas que permitan abrir un nuevo ciclo de convergencia e innovación.

De cara al 2025, espero sinceramente que logremos avanzar en un acuerdo sólido en materia de pensiones. Este es un desafío urgente que arrastramos desde hace años. Sin embargo, debemos ser responsables y evitar generar falsas expectativas; lo importante es construir un sistema que sea justo, sostenible, robusto y verdaderamente beneficioso para todos. 

Para abordar este y otros temas sociales pendientes, es fundamental reformar el sistema político actual. La fragmentación ha dificultado la construcción de acuerdos, indistintamente de cuál sea el gobierno de turno, y ha generado divisiones incluso dentro de las coaliciones políticas. Es crucial contar con un sistema que permita mayor estabilidad y gobernabilidad, para que las reformas y leyes que discutimos en el Congreso hoy puedan tener un impacto positivo y duradero en los próximos 50 años. Estas normativas deben recoger las inquietudes de todo el espectro político, construyendo un marco robusto que responda a las necesidades de la ciudadanía. 

El 2025 será, además, un año presidencial, en el que esperamos que las coaliciones definan a sus candidatos mediante primarias o avancen en la elaboración de instancias de definición sólidas para la primera vuelta electoral. 

Por último, los temas de seguridad seguirán siendo una prioridad para los chilenos. Con la reciente aprobación del nuevo Ministerio de Seguridad y de la nueva Ley Antiterrorista, nuestra tarea será sacar adelante iniciativas clave como las nuevas Reglas del Uso de la Fuerza (RUF) y el proyecto de ley de inteligencia económica. Estas medidas buscan reforzar la labor de Carabineros de Chile y combatir con mayor fuerza el narcotráfico, la delincuencia y el crimen organizado. 

Estamos comprometidos en trabajar con responsabilidad y visión de futuro, priorizando siempre las necesidades de nuestro país y el bienestar de su gente.

El próximo año 2025 se proyecta con grandes desafíos. Fundamentalmente en torno a la convivencia nacional, al sentido de comunidad, al poder tener un proyecto común que nos una en términos de la educación, en términos de poder superar la pobreza en conjunto, en términos de poner a las personas más vulnerables en el centro de nuestro quehacer y poder valorar la diversidad de opiniones. 

Debemos tratar de entender que tenemos que convivir de manera armónica, valorando las distintas opiniones, las distintas tradiciones culturales de nuestro país, la presencia de nuestros pueblos originarios, la presencia de una población migrante, que en su gran mayoría viene a aportar y a desarrollar sus proyectos familiares y comunitarios, y que queremos que se incorporen en nuestro país. 

Creo que uno de los grandes desafíos está en mirar de manera positiva las distintas realidades que tenemos, una diversidad de personas, una variedad de opiniones y tradiciones culturales. Estas permitirían desarrollar un proyecto común en el cual el respeto por la dignidad de cada uno esté en el centro y en conjunto con ello nos preocupemos de una educación para todos de calidad, una salud y un desarrollo de futuro en la generación de nuevo conocimiento. Solo así podremos tener un país que pueda sustentarse de manera armónica y de manera pacífica en el futuro.

El 2025 se proyecta como un año de profundos desafíos y transformaciones para la humanidad. El avance de la Inteligencia Artificial seguirá impactando nuestras vidas, ofreciendo soluciones innovadoras en áreas como la salud, la educación, el trabajo y la industria, pero también planteando preguntas éticas sobre su uso y sus consecuencias en el vivir y convivir de las personas. Al mismo tiempo, los conflictos bélicos, con sus devastadoras consecuencias, continuarán exigiendo soluciones diplomáticas y de una visión y acción global para preservar la paz. 

La salud mental tan deteriorada en estos tiempos presentes, será un eje central, ya que las tensiones sociales y personales derivadas de estos desafíos aumentan la necesidad de apoyo y acompañamiento psíquico emocional y de todos los recursos accesibles en esta área. En medio de este panorama, los ciudadanos alrededor del mundo elevarán su clamor por una convivencia basada en la paz y una justicia oportuna, como uno de los derechos humanos fundamentales que generan bienestar. Este anhelo nos invita a reflexionar sobre nuestras acciones, fomentando empatía, colaboración y un compromiso renovado con la construcción de un futuro más humano y solidario.

El 2025 será un año decisivo. Las proyecciones apuntan a un crecimiento cercano al 2%, otro débil período económico. La inflación será nuevamente tema. El empleo continuará su incómoda dinámica gracias a una creciente regulación que asfixia. Sin cambios ni visión, el sistema educacional seguirá a la deriva, lo que es un obstáculo para nuestras posibilidades de desarrollo. Y a propósito de trabas que frenan el progreso, todo indica que la violencia y la delincuencia continuarán generando estragos. Todo lo anterior con un escenario internacional de alta incertidumbre. 

Entonces, se avecinan 12 meses complicados. ¿Dónde está lo decisivo? En la elección del 16 de noviembre del 2025. De derecha, centro o izquierda, los programas de gobierno de los distintos candidatos tendrán que hacerse cargo de una compleja novedad económica: por primera vez en décadas, el país ofrece peores oportunidades a las nuevas generaciones de las que ofreció a las anteriores. 

Será un debate duro, pero necesario. Las restricciones presupuestarias son evidentes, el ajuste de expectativas casi inevitable. ¿Cómo salir de la trampa del ingreso medio? El triunfo de un proyecto país que responda acertadamente esa pregunta no será solo el hito del cuarto de siglo que se termina, sino la esperanza del que se inicia.

Es un año súper importante también. Los ciclos olímpicos son cada cuatro años. Ahora es cuando no hay que bajar los brazos, ya hicimos un gran paso. Con las medallas de Yasmani y la 'Fran' quedó destacado que sí se puede. Son ciclos olímpicos, uno cree que queda harto tiempo, pero pasa todo volando. Hay que aprovechar. Yo por mi parte estoy tratando de formar bien mi equipo para también guardar un poco de energías, que eso es súper complicado, estar siempre 100%. El 2024 fue un buen año, por mi lado nada excepcional, pero fue constante. Mejoré cada cosa, lo que me dejó bastante tranquilo. El trabajo que viene ahora es más silencioso, pero es igual de importante luego de un año en que competí unos Juegos. 

Un desafío es que todavía falta el ámbito de mejorar profesionalmente el alto rendimiento. Tenemos buenos deportistas, también buenas instituciones, pero el apoyo de alto nivel, con el que uno consigue medallas olímpicas, creo que falta un poco más de organización y creer en la carrera del deportista. Ese es el paso final que nos está faltando. Es el principal desafío. Es a largo plazo. Son ciclos olímpicos. De aquí al próximo año no se puede cambiar nada mucho, pero hay que seguir trabajando y focalizar donde realmente están las posibilidades de potenciar las disciplinas". 

¿Hitos relevantes? Yo tengo el tema de las Copas del Mundo. Ahora me puse un proyecto más personal, estoy empezando a organizar una carrera, un circuito propio en Valdivia, donde también pretendo entrenar y tener competencias de un poquito más de nivel.

Nuestras perspectivas económicas para 2025 apuntan a un crecimiento que continuará siendo bajo, levemente superior al 2% anual, lo que es totalmente insuficiente para resolver las legítimas demandas económicas y sociales de la ciudadanía. Esperamos un aumento de la inversión, principalmente por la baja base de comparación y, en menor medida, por la recuperación de maquinaria y equipos, junto a un leve mejor desempeño en la construcción de proyectos de minería y concesiones. Como consecuencia del lento crecimiento y el acotado repunte de la inversión, estimamos que la tasa de desempleo lamentablemente no mostraría avances importantes. 

Estas proyecciones podrían verse afectadas por la persistente crisis de seguridad que desincentiva la inversión, y por la incertidumbre que generan las elecciones presidenciales y parlamentarias de noviembre de 2025, a las que seguramente se sumarán las primarias en el mes de junio. 

Para ayudar a revertir este panorama, sería un hito muy positivo aprobar una reforma al sistema político, que permita mayor gobernabilidad y genere los incentivos para enfocarnos en políticas públicas que favorezcan la inversión, el crecimiento y el empleo. También serían hitos importantes contar con una reforma tributaria que baje impuestos, haciendo a nuestro país más competitivo para atraer capitales de inversionistas nacionales y extranjeros, además de concretar la esperada reforma previsional, con medidas que efectivamente aumenten las pensiones de los chilenos de manera sostenible.

Lo único predecible del 2025 es que seguiremos en un mundo lleno de escenarios impredecibles. Cada vez hay menos certezas y más sorpresas. Tanto en política como en las relaciones sociales y económicas. 

Por eso hay que estar preparado. Es fundamental el desarrollo de un sistema de alarmas tempranas que permita anticiparse a los hechos con un mínimo margen de maniobra. Y eso hay que conjugarlo con una mentalidad ágil y flexible. La adaptabilidad y la apertura son esenciales para poder reaccionar. 

Si vemos cómo han transcurrido los últimos dos años, podemos esperar que la Inteligencia Artificial adquiera incluso un mayor protagonismo en este nuevo año. Su impacto ya tiene consecuencias sociales y económicas importantes y se incrementará conforme se avance hacia la llamada Inteligencia Artificial General. 

La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca probablemente suavizará las regulaciones a las tecnológicas. Para bien o para mal, esto podría acelerar los cambios. Además, la influencia de magnates como Elon Musk implica un nuevo modelo político en el que los Estados Nación parecen perder fuerza ante las grandes empresas. Musk ha propuesto recortar los gastos del gobierno federal en 2 billones de dólares, un experimento que tendrá consecuencias globales.

Al finalizar el primer cuarto de siglo, Chile se encuentra en el dilema de continuar con un proceso de cambio que le permita el desarrollo, junto con avanzar en las respuestas a la crisis climática, a los problemas de seguridad y a las desigualdades e injusticias sociales en sus diversas dimensiones. O de vivir un retroceso en todos estos aspectos. Esto es lo que está en juego en el hito político principal de 2025 que serán las elecciones presidenciales y parlamentarias en que se enfrentarán nuevamente el progresismo y la izquierda, por un lado, lo que exige su unidad programática, y una derecha en que los sectores más duros tenderán a imponer su programa. Este hito tiene lugar en uno de los momentos más críticos de la sociedad chilena marcado por la creciente distancia entre el mundo social y el mundo político, y por la desesperanza en el futuro de la gran mayoría. De modo que el desafío que enfrentan los sectores progresistas y de izquierda, los únicos que pueden ofrecer un proceso de cambio y de profundización democrática, es plantear un horizonte para el conjunto de la sociedad al mismo tiempo que una respuesta efectiva a las demandas más acuciantes de la población.

Gabriela Mistral y la celebración de los 80 años del recibimiento del Premio Nobel. Un año mistraliano para la cultura chilena. Sumergirnos en la riqueza diversa de intereses humanos que mantuvo ocupada a nuestra poeta. Muchas fueron sus cavilaciones que sostuvo escribiendo acerca de la naturaleza, del tesoro de los pueblos precolombinos, el mestizaje, la situación desmejorada de la mujer –la otra mitad de la humanidad-, los niños y la educación, el idioma, las guerras mundiales y la paz. Escribiendo a dos manos: prosa y poesía, literatura total, con urgencia, por los desvalidos y humillados, por aquellos desplazados de todo, excepto del dolor. Un regalo para el país sería volvernos hacia nuestra experiencia social y cultural –en un contexto mundial belicista- y un homenaje para la poeta que creía en el valor de las palabras, la superioridad de ellas, sobre de la fuerza bruta de las armas.

El 2025 es un año que hay que manejarlo muy bien. Mi gran objetivo son los Juegos Olímpicos, no es una carrera de rapidez, es resistencia. 2025 va a ser un año más tranquilo versus el 2026. Es para tener uno o dos torneos en el año. ¿Un hito revelante? El hito más importante del próximo año serían los Juegos Bolivarianos, porque se une el país y están todos presentes por un objetivo. Yo voy.

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