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Las trampas del FES

11 de septiembre del 2025


Las trampas del FES

Las trampas del FES

Con el FES, el Gobierno se juega las últimas fichas importantes para dejar algún “legado” —como no, ideológico— en la educación superior. Ofreció el fin del CAE y la creación de un nuevo sistema de créditos. Hoy se tramita un libelo que elimina el CAE, pero no crea un nuevo crédito, justo, eficiente y fiscalmente responsable. 

Los países serios otorgan un “préstamo” al estudiante sin recursos a cambio de pagos contingentes al ingreso del egresado. El principio es uno: nadie paga más de lo que cuesta la carrera. El FES no es eso. Se retorna en muchos casos harto más del costo y por eso el FES es un impuesto, de dudosa constitucionalidad, que recaerá sobre la clase media que necesita ayuda del Estado para estudiar. No es un impuesto a los ricos, sino a la clase media. Tampoco ha sido responsable el Gobierno al desinformar sobre el real impacto en las instituciones del fin al copago. Las universidades del Cruch —en gratuidad— llevan la batuta de las quejas. Algunas con razón. Pero el efecto mayor está en aquellas sin gratuidad. Las con gratuidad pierden el copago de los estudiantes de los deciles 7, 8 y 9. A las otras les pega más fuerte porque la pérdida es por los deciles 1 al 9. La suma de ambas da como resultado menores ingresos por 250 mil millones de pesos anuales. Todo un despropósito que dañará fatalmente la calidad. 

Por último, el efecto fiscal del cambio es incierto. La Dipres ha tratado de convencer que hay un ahorro fiscal neto positivo, pero al simular escenarios alternativos, no hay certeza. El último informe financiero de la Dipres señala que al año diez se genera un ahorro neto por 3.093 millones de dólares. Pero las simulaciones cambian las cifras y el ahorro queda en una pendiente resbalosa. Si aumentan los estudiantes que piden FES y/o si se autoexcluyen aquellos que quieren evitar pagar el impuesto al graduado, el FES queda en zona fiscal negativa. Si optan por incorporarse a la gratuidad las seis universidades que han preferido quedar al margen, el saldo fiscal neto otra vez se mueve a zona negativa. Y si se reponen las becas de arancel, se agregaría un gasto adicional por 1.298 mil millones de pesos en 10 años. En suma, el FES en su diseño actual representa un “triunfo político” para el Frente Amplio y el PC, pero es una derrota para el país por ser una política pública tramposa: injusta, que daña la calidad y posiblemente deteriore más la situación fiscal.

Autor: Carlos Williamson



Fuente: La Segunda, Página 9

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Educación
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Carlos Williamson

Ingeniero Comercial UC y Master of Arts de la Universidad de Chicago, EE.UU.

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