20 de abril del 2025
La infame pregunta de Vargas Llosa
''La historia de Chile tendría un giro que ni Vargas Llosa imaginó''.
“Desde la puerta de La Crónica Santiago mira la avenida Tacna, sin amor: automóviles, edificios desiguales y descoloridos, esqueletos de avisos luminosos flotando en la neblina, el mediodía gris. ¿En qué momento se había jodido el Perú?”. Así comienza “Conversación en La Catedral”, obra maestra de Vargas Llosa publicada en 1969. Es un inicio pesimista, propio del relato ambientado en la dictadura de Odría (1948-56) en Perú.
El mismo año en que Vargas Llosa publicaba su novela, Ricardo Lagos Escobar era elegido secretario general de la Universidad de Chile. Vendrían años de inmensa conmoción. Como muchos, don Ricardo partió al exilio en 1973. ¿Desde cuántas puertas foráneas él y otros como él se habrán hecho la pregunta de Santiago, pero imaginándose avenida Matta? Seguro que entre gente a favor del régimen la duda también rondó. El pesimismo debe haber cundido en toda esa generación. Sin embargo, la historia de Chile tendría un giro monumental, una ilusión inesperada, que ni Vargas Llosa imaginó.
La democracia se anhelaba tanto que quizás por lo mismo se cuidó como hueso de santo. Con Aylwin el frente interno se ordenó y con Frei se aprovechó nuestro potencial mirando hacia el exterior. Podría describir avances por al menos una década después de esos gobiernos. Fue un período notable, pero vale detenerse en el 2000. En su cuenta pública de ese año el Presidente Lagos planteó: “En menos de una década cumpliremos 200 años como nación libre. Propongo una gran tarea común para esa fecha: llevar a Chile al máximo de sus posibilidades para tener en el 2010 un país plenamente desarrollado e integrado”. No habían pasado 30 años del Golpe y la apuesta era alcanzar el desarrollo dentro de una década. ¡Se pasó! En ese momento, para Chile, la respuesta a la pregunta con que parte “Conversación en La Catedral” estaba clara: nunca.
Pero como aprendió Pedro Navaja, la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida: al país lo estancaron. Desde el 2014, el PIB per cápita ha crecido menos de 1% promedio anual y el futuro no se ve tanto mejor. Algunos buscarán excusas nivel realismo mágico, pero no. Pasó que la política se distrajo tanto como Pantaleón. Se pensó que el crecimiento estaba asegurado (eso sí es mágico) y una nueva generación, con ideas similares a las que Vargas Llosa desechó de joven, se erigió.
Y fíjese que hace poco escuché el reciente discurso de uno de los representantes de ese recambio. Aceptaba la candidatura presidencial para asegurar continuidad. Con pasión y con el Estado como motor, dibujaba su sueño: llevar a Chile al desarrollo el 2050. Caí de espalda por la sinceridad. ¡Cuatro décadas después de lo que soñó Lagos Escobar el 2000! Sí, ese es el tamaño del veloz retroceso del país y los nuevos liderazgos no parecen tener conciencia ni asumir responsabilidad.
Vargas Llosa se fue esta semana, pero nos dejó esa infame duda, esa en la puerta de La Crónica, la misma que uno pensó resuelta por ahí por el 2000 y que de vez en cuando, con esa terquedad latinoamericana, vuelve a incomodar.
Fuente: La Tercera, Página 10
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ColumnapublicColaboración con Instituciones Internacionales
Universidad de MarylandIng. Comercial U. de Chile. Ph.D. en Economía U. de Chicago (EE.UU.). Associate Professor University of Maryland.
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