14 de febrero del 2021
MÁS DE DOS MIL CUPOS QUEDABAN HASTA DICIEMBRE:
La hora más solitaria de los liceos emblemáticos
Puestos vacíos. Ese es el escenario que podrían enfrentar los colegios más tradicionales del país, luego que cifras del Sistema de Admisión Escolar evidenciaran que, lejos de sus años de alta demanda, hoy sus vacantes sobran. ¿Qué les pas impacto de las protestas y los paros se repite en los análisis.
"¿´Querí´ que te prenda... ?”. Eso escuchó Victoria, quien prefiere ser identificada solo con su nombre, cuando llegó al Instituto Nacional un día de mayo de 2019 a buscar a su hijo. Fue apenas supo que había desórdenes; quería saber si el niño estaba bien y esa fue la frase con que la encaró un encapuchado que salía del recinto con una molotov. El episodio selló la decisión: necesitaban otro colegio.
En su búsqueda se encontraron con una realidad inesperada. El nombre del histórico liceo en los papeles de su hijo sonaba a problemas, no a prestigio. “Pasamos por 16 colegios que nos cerraron las puertas en la cara", recuerda. Finalmente, optaron por uno particular.
La percepción en torno a liceos emblemáticos como éste parece haber cambiado y datos del Sistema de Admisión Escolar (SAE) muestran que el interés que despiertan ya no sería el mismo. Mientras generaciones previas recuerdan aguardar con nerviosismo las listas de espera, hoy sobran vacantes. Al cierre del proceso para este año, estos liceos —que ofrecieron 6.463 cupos— tenían más de dos mil disponibles. Podrían ocuparse en las próximas semanas por familias que aún a esta fecha no tengan matrícula o cambien de opinión.
Algunos de los recintos que a diciembre tenían más cupos disponibles eran el Internado Nacional Barros Arana (292 vacantes), el Liceo 1 Javiera Carrera (266), el IN (243) y el Liceo de Aplicación (158). El fenómeno ha ido en alza —en todos ellos, las cifras superan con creces a las del proceso de admisión previo— y su antesala fue, en varios casos, un paulatino descenso en el interés. Un ejemplo: en el 2002 rindieron la prueba del IN 3.800 estudiantes. El 2016, los interesados eran unos 1.200.
La rectora del Instituto Nacional, Patricia Beltrán, atribuye la caída en la demanda a “los paros, los encapuchados, el haber dejado de lado al colegio (...) la baja en los puntajes nacionales” y una falta de diálogo con los estudiantes, aspecto en que afirma que recién se ha avanzado en los últimos dos o tres años. La pandemia no facilitaría las cosas pues, según la profesora, los padres querrían evitar los largos desplazamientos para llegar a Santiago.
Enfatiza que “hemos estado muy solos. Ha sido poca la ayuda, no tan solo de este Gobierno. El colegio necesita tantas cosas, es tan grande, son tantos alumnos. Arreglas un baño, se rompe otro. Creo que el colegio necesita un cambio radical, en toda su estructura".
Las familias que hoy están en estos liceos ven una diferencia radical con el momento en que ingresaron. Raquel Guerra, presidenta de la Asociación de Padres, Socios y Apoderados del INBA, debió pasar por una lista de espera cuando su hijo entró a básico. En esos años, recuerda, iba “toda la familia a ver si el niño quedó, escuchar el llamado a viva voz y celebrar, era increíble”. Pero luego, dice, “uno tiene una expectativa completamente distinta y se te cae”.
Afirma que uno de los principales factores que desalientan a los padres es la falta de clases, ya sea por disturbios o falta de docentes. Hoy, con la pandemia, cree que “Chile entero está viviendo la misma angustía que nosotros. Hubo que hacer una priorización curricular y pasar lo que se alcanzara a pasar. Es lo que vivimos hace muchos años”.
Marisol Valenzuela, presidenta de la agrupación “Todos Somos L1”, una de las que reúne a los apoderados del Liceo 1, asegura que el pensar en que sobren los cupos habría sido antes “impensado”. A su juicio, elementos como la suspensión de actividades y los desórdenes, en la comuna y en el colegio, donde encapuchados llegaron a prender fuego en 2019, ahuyentarían a las familias.
Guerra y Valenzuela coinciden en que el salto a la educación virtual solo agudizó la crisis. “Las clases no pueden ser una semanal, esto tiene que tener una continuidad”, dice la presidenta de "Todos Somos L1", quien asegura que se requiere mayor apoyo del Estado para la infraestructura y conectividad.
EN VEREDAS DISTINTAS
Los apoderados reconocen que entre adultos el clima puede ser tenso. Varios emblemáticos tienen más de una agrupación de padres, como el Instituto Nacional, que hasta 2019 tenía tres. Una de ellas era liderada por Judy Valdés, quien llegó a ser cuestionada en ese entonces por el alcalde Felipe Alessandri. El edil acusó que algunos padres “instan a la violencia (... ). Buscan dividendos políticos”. Luego, confirmaría que hablaba del grupo que ella encabezaba.
Valdés hoy preside “Unidos por la educación Chile”, que según dice, reúne a más de 150 representantes de centros de padres. Su diagnóstico sobre la caída en la demanda es diferente: entre otros factores, menciona “la criminalización por parte del sostenedor de Santiago y el Ministerio de Educación a los estudiantes”, problemas de gestión y falta de recursos. Añade que el SAE también pudo dificultar las inscripciones, por “falta de difusión de las fechas”.
Karina Leyton, presidenta de uno de los centros de padres del IN, suma otros puntos. Entre ellos, acota que la pandemia influyó en “la entrega de contenidos y muchas familias no se sienten capacitadas” para postular a sus hijos.
Con una distancia que a veces parece ínsondable entre estas posiciones, algunos ven difícil avanzar. “Es como luchar contra la nada. Por un lado, están grupos de adultos que están potenciando que los chiquillos se movilicen, y como vemos, lo más terrible es que es cada vez con más violencia”, dice Guerra.
Entre los jóvenes, los análisis también contrastan. El centro de alumnos interino del IN expresa, por escrito, que no habría un apoyo suficiente a la educación pública y que “la excesiva represión policial” pasaría la cuenta, atemorizando a los padres. Los jóvenes creen que el contexto sanitario sería clave, pues “no contamos con algo tan básico para la higiene como es el jabón”.
En una vereda opuesta está Sergio Neira, alumno del Colegio Nuestra Señora de Andacollo (subvencionado) y dirigente de la Confederación Nacional de Juventudes Secundarias, quien advierte que el clima “se ha sobrepolitizado”. “Cuando pierdes meses de estudio y no tienes libertad de expresión cualquiera querría irse” comenta.
UNA ALTERNATIVA
Si bien la disponibilidad de cupos no se reduce a estos colegios, tampoco afecta a toda la educación pública. Los liceos Bicentenario han despertado un potente ínterés en las familias. En el proceso más reciente del SAE, en más de 39 mil postulaciones fueron puestos como primera opción. En los emblemáticos, esto ocurrió en 3.878 solicitudes.
Tras la situación que viven los emblemáticos, el subsecretario de Educación, Jorge Poblete, cree que el desafío de la educación remota pudo incidir pero enfatiza que los paros y la violencia coincidieron con el declive. Ante esto, destaca que el ministerio ha actuado en distintas líneas —como la Ley Aula Segura, para agilizar las expulsiones y distintos programas para mejorar la convivencia— pero acota que esto debe ir de la mano de “un empoderamiento de los directivos y sostenedores”.
Lo que las familias buscan hoy, explica Poblete, son altos resultados académicos y buena convivencia, “como sucede en los liceos Bicentenario”.
Sonja del Río, vocera de Emblemáticos Unidos, plantea que aquellos liceos se han posicionado como una nueva vía de movilidad social: “Todavía no han sido tan politizados, mantienen una cantidad regular de horas y los que son técnicos profesionales son muy atractivos para las familias que quieren que sus hijos entren al mundo laboral”.
La directora de Educación de Santiago, Bárbara Soto, reconoce que los Bicentenario “son dignos de admiración”, pero enfatiza: “Las comparaciones no tienen sentido pues cada proyecto es único (... ). No es una competencia”. Tras los cupos vacíos, la exseremi de Educación admite que “las manifestaciones pueden ser una de las causas”, pero añade que hay otros factores de contexto que pueden incidir. Por ejemplo, el manejo de los padres con un sistema nuevo como el SAE, la pérdida de empleos en Santiago o la decisión de buscar colegios más cercanos.
¿Y el clima tenso que describen padres y alumnos? “La convivencia es un concepto profundo, multifactorial y multidimensional. Reducir la disminución de matrículas a un problema de 'mala convivencia' es simplista”, dice Soto. Con todo, añade que mejorar en esta área es una meta para este año.
DURO DIAGNÓSTICO
En la última década, Sergio Urzúa y Arturo Fontaine han dedicado varias líneas a analizar el tema. En 2018, su libro “Educación con patines”, incluyó un capítulo que, a la luz de estas cifras, podría parecer casi un augurio: “La muerte lenta de los liceos emblemáticos”.
Fontaine, profesor en la U. Adolfo Ibáñez y la U. De Chile, advierte que los emblemáticos “no tienen hoy un horizonte”. “Hay liceos que están atrayendo a las familias porque hay orden y hay clases. Pienso en los liceos Bicentenario: seis postulantes por vacante”, afirma. Cree que los paros y la violencia “corretearon a los padres”: “Parar las clases es un instrumento de lucha autodestructivo para las instituciones y para los propios estudiantes, que terminan cediendo sus oportunidades educacionales a los alumnos, a veces más mediocres, pero que tienen clases”.
Urzúa, investigador de CLAPES UC y académico de la U. De Maryland, apunta a las responsabilidados de los sostenedores y, como Fontaine, sostiene que a todo esto se sumó “el avance de una ideología a la que le genera urticaria el mérito académico”. Añade que también habría razones internas, como un cambio en la calidad de los docentes y una reacción tardía de los padres. Se detiene en los estudiantes: “Como alumno, viví la transición desde la dictadura a la democracia en el Instituto Nacional (...) La pasión sobraba, pero siempre con opiniones bien fundadas. Durante los últimos años tuve la oportunidad de escuchar y conversar con algunos de los nuevos líderes estudiantiles del IN. Pasión y opinión abundan, pero ahora sin preparación y mucha ingenuidad”.
“La caída de la demanda en este tipo de liceos es justificada. Frente a la penosa realidad, las familias votaron con los pies”, agrega Urzúa.
La conclusión de Victoria, la apoderada amedrentada en el IN, muestra que el prestigio ya no pesaría como ayer: "El colegio lo hacen los alumnos, el colegio no hace a las personas”.
En los resultados de la Prueba de Transición, según el análisis de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, el Instituto Nacional salió de la lista de los 100 mejores colegios.
La red de liceos Bicentenario ha ido en expansión. Este año se suman 120 recintos, para llegar a un total de 320 desde su inicio en el primer gobierno del Presidente Piñera.
Fuente: El Mercurio - Cuerpo D, Páginas 8 y 9.
editMedio de publicación
Prensa EscritafaceTipo de contenido
NoticiastyleCategorías
EducaciónpublicColaboración con Instituciones Internacionales
Universidad de MarylandIng. Comercial U. de Chile. Ph.D. en Economía U. de Chicago (EE.UU.). Associate Professor University of Maryland.
publicInstituciones Internacionales
Universidad de Maryland