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Gobernabilidad e impuestos al capital

6 de abril del 2014


El Gobierno postula que su reforma tributaria daría “gobernabilidad al crecimiento”. ¿Es cierto?

En el Chile de los últimos años, la “gobernabilidad” se entiende cómo ganar la paciencia de las cerca de 100 mil personas que participaron en marchas de protesta desde 2011, y de sus padres. La mayoría de esas personas se inclinó por protestar en la calle cuando se dieron cuenta que eran muchos los que, como ellos, pagaban precios altos o aceptaban deudas grandes, en relación a su ingreso, a cambio de una educación profesional cuya deficiente calidad hacía temer fracasar en sus expectativas de alcanzar salarios “de profesional”.

Resolver de verdad estas debilidades de la educación requiere mucho ingenio y mucho trabajo, es decir tiempo. Por eso, aumentar la paciencia o “gobernabilidad” es valioso para toda la comunidad nacional. Por eso el gobierno anterior redujo el interés en el crédito, con efecto inmediato, y tuvo éxito en pacificar.

El nuevo gobierno va más allá: propuso al electorado en 2013 dar a todos los jóvenes subsidios suficientes para obtener, sin pago y sin deuda, los mismos títulos profesionales que existen hoy. Pero cuando los cursos son de baja exigencia y baja calidad, ellos no elevan la productividad, que es la base de los salarios. Recordemos también la escasa capacidad del país y del Ministerio de Educación para elevar la calidad de la educación profesional de modo rápido. Por eso, los actuales estudiantes no recibirán sueldos mayores por efecto de una mayor productividad.

Para cubrir el costo fiscal, el gobierno propuso reorientar aquél impuesto que grava la renta, desde su antiguo objetivo de incentivar la inversión y el empleo, a uno nuevo: gravar más al capital, y en magnitudes que exceden en mucho lo necesario para financiar mejoras factibles en calidad educativa.

El proyecto propone que los impuestos al capital suban gradualmente, a lo largo de 4 años, en vez de hacerlo de una vez. Eso hace escasear los fondos disponibles en 2014 y 2015, llevando a que los subsidios efectivos para los actuales estudiantes sean ínfimos. Y habrán egresado en 2 años más. Al traicionar las expectativas creadas al electorado en 2013, se reduce la gobernabilidad ahora.

Por el lado del empleo, la evidencia empírica muestra que los aumentos en los impuestos al capital duradero reducen la inversión apenas se anuncian, independientemente de si se aplican de inmediato o gradualmente. Por eso, los daños al empleo y a los salarios ocurrirán en 2014, 2015 y 2016. Así, la actual generación de estudiantes terciarios vivirá el peor de los mundos: menos empleo e ingreso familiar y sin subsidios extra, pues ellos se iniciarán después de su egreso.

En suma, esta reforma hace perder tanto gobernabilidad como crecimiento. ¿Para qué? Otro efecto de subir los impuestos y subsidios en etapas, es que los subsidios mostrarán sus mayores alzas en los años electorales 2016 y 2017. Muchos, desconfiados, pueden percibir esto como un intento de comprar votos, al estilo de las viejas prácticas, es decir un abuso. El Congreso es responsable de ajustar la estrategia, para priorizar la gobernabilidad y la calidad educativa.

Publicada en La Tercera, 6 de abril 2014.

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Salvador Valdés

Ing. Civil UC. Ph.D. en Economía MIT.
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