22 de octubre del 2025
INVERSIONISTAS PIDEN MÉTRICAS VERIFICABLES Y RETORNOS COMPETITIVOS:
Fondos ESG ganan terreno y enfrentan mayores exigencias de transparencia e impacto
El socavón que obligo a evacuar el edificio Kandinsky en Reflaca en 2023 expuso los costos de subestimar riesgos ambientales y de gobernanza: dunas urbanizadas, urbanizadas, colectores colapsados y el riesgo de perder una inversión.
Este caso ofrece una respuesta incómoda para el inversionista que mira solo el retorno De ahí el interés interés por vehículos de inversión ESG —ambientales, sociales y de gobernanza por sus siglas en inglés— que buscan internalizar “lo no financiero” antes de que se vuelva financiero. La tesis ESG no es filantropía; es gestión de riesgos con impacto directo en el valor.
En los últimos años, la inversión sostenible ha tenido una expansión expansión significativa del capital global administrado y, según el Global Sustainable lnvestment Review 2022, publicado en 2023, asciende a US$ 30,3 billones.
En el primer semestre de 2025, los fondos sostenibles superaron a los tradicionales, con una rentabilidad rentabilidad mediana de 12.5% versus 9.2%. Pese a su mayor volatilidad ya que sus flujos aún quedan por debajo de los fondos convencionales, convencionales, el informe Sustainable Reality, del Morgan Stanley Institute for Sustainable lnvesting, muestra que el 88% de los inversionistas globales declara interés en ellos.
Ya no basta con “decir ESG’, hay que probarlo
A pesar del boom, el apetito por las inversiones ESG ha tenido altos y bajos, debido al escrutinio regulatorio por promesas ambientales o sociales exageradas, o greenwashing, y a métricas dispares. La maduración del mercado está empujando a separar la etiqueta del contenido contenido y ya no basta con “decir ESG”; hay que probado.
Arturo Cifuentes, académico de la Universidad Católica e investigador investigador principal de CLAPES UC, tiene una visión crítica sobre la ambigüedad conceptual de estas definiciones y crítica que no tengan métricas métricas confiables y verificables. “Nadie sabe qué significa ESG, ni cómo cómo determinar si un fondo lo es; las evaluaciones en muchos casos se basan en información autoreportada (sin una auditoría externa), y hay un elemento de deshonestidad deshonestidad intelectual detrás, ya que una parte importante del márketing es que eran menos riesgosos e iban a lograr mejores retornos. Es incorrecto, incorrecto, contrario a un entendimiento entendimiento básico de finanzas”, opina.
A medida que el segmento crece, crece, también lo hace el escrutinio: los inversionistas exigen transparencia, métricas verificables y retornos retornos competitivos. La necesidad de estandarizar y medir el impacto real —para saber cuán sostenible es, en verdad, un portafolio— ha impulsado un endurecimiento regulatorio regulatorio en varios países y bloques, bloques, como la Unión Europea, que hoy exige estándares mínimos de transparencia y consistencia.
Esto explica el auge deles inversiones inversiones de impacto en la última década, década, las que ademas de buscar sostenibilidad financiera, generar beneficios sociales y ambientales, incorporan un tercer objetivo clave: clave: soluciones con impacto medible. medible. Según el Global lmpact Investing Investing Network (GIIN, 2024), 3.907 organizaciones administran hoy US$1.571 billones en activos de inversión inversión de impacto.
Fuente: El Mercurio - Finanzas y Tecnología, Página 1.
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Centro Latinoamericano de Políticas Económicas y Sociales, CLAPES UC