10 de junio del 2024
Podría haber crecido 1,3%, en vez del 0,2% con que cerró en 2023:
Factores internos restaron en promedio 1,1 puntos al crecimiento de la economía el año pasado
Fue una discusión que surgió con fuerza durante el segundo gobierno de Michelle Bachelet, en medio del debate sobre el efecto que estaban generando factores internos como las reformas tributaria y laboral sobre el crecimiento económico y la productividad local. La administración de ese entonces atribuyó la desaceleración de ese período al fin del ciclo de los commodities y a la dificultad exportadora del país. Finalmente, en ese lapso el PIB terminó creciendo 1,8%.
Un estudio de CLAPES UC (ver estudio) investigó cuánto afectaron los factores externos y locales en el crecimiento real de Chile en el período que abarca parte de la gestión de Bachelet II, del segundo mandato de Sebastián Piñera y la primera fracción de la administración de Gabriel Boric.
El análisis, a cargo del coordinador macroeconómico de la entidad académica, Hermann González, y de los investigadores Alberto Belmar y Víctor Urbina, concluyó que entre 2015 y 2017, así como en 2019, el componente doméstico incidió negativamente en el crecimiento del PIB de Chile. Mientras que durante la segunda mitad de 2020 hasta 2022, la variable local contribuyó positivamente. En 2023 el efecto anterior se revirtió.
Metodología
En la investigación se utilizó un indicador que ocupó el Banco Mundial en 2013 y en 2017 para analizar los factores externos más importantes y ver cómo estos afectan al crecimiento de un país o grupo de países. En este esquema, una vez considerado el componente global y su incidencia en el crecimiento del PIB, el residuo corresponde al efecto de los factores internos en la actividad económica.
Se construyó también una base de datos que agrupó series como premio de bonos de alto rendimiento estadounidense, índice de volatilidad (VIX), precio real del cobre, el crecimiento de China, la expansión del G7 y la variación del PIB de Chile.
Asimismo, se cuantifica la participación del G7 y de China como destino de las exportaciones chilenas (ver gráfico).
A partir de los resultados basados en modelos económicos, se muestra que entre los años 2015 y 2017 —segundo gobierno de Bachelet— los factores internos contribuyeron negativamente al crecimiento del PIB local, restando en promedio 1,1 puntos, mientras que la contribución positiva de los elementos externos fue de 2,8%. Eso quiere decir que de no ser por la incidencia negativa de los factores idiosincráticos, la economía chilena habría crecido 2,8%, en lugar de 1,7% como ocurrió efectivamente.
También en el análisis se ve que en 2018 lo local contribuyó positivamente con un aporte de 1,1 puntos en promedio al crecimiento del PIB. En tanto, en 2019 —segundo año de la segunda administración de Sebastián Piñera—, los factores internos volvieron a afectar negativamente, destacando el cuarto trimestre de ese año, período en el que se concentró el estallido.
No obstante, los investigadores advierten que lo negativo se revirtió entre el tercer trimestre del 2020 (Piñera II) y el segundo trimestre del 2022 (inicio del actual Ejecutivo de Gabriel Boric), debido a políticas expansivas —tanto fiscales como monetarias— en el contexto de la pandemia del covid, a lo que se sumó el efecto de los retiros de fondos previsionales.
Finalmente, concluye que el año pasado los factores internos afectaron negativamente al crecimiento del PIB, restando en promedio 1,1 puntos a la expansión de la economía. De no haber existido la incidencia negativa local, en 2023 la economía podría haber crecido 1,3%, en vez de 0,2% como finalmente ocurrió.
Fuente: El Mercurio - Cuerpo B, Página 1.
Ing. Comercial y Magister en Economía Aplicada (c) mención Macroeconomía UC.