1. Iniciokeyboard_arrow_right
  2. En los medioskeyboard_arrow_right
  3. Especialistas coinciden en que la diferencia responde a factores estructurales como la distribución desigual del cuidado y la rigidez del mercado laboral

Especialistas coinciden en que la diferencia responde a factores estructurales como la distribución desigual del cuidado y la rigidez del mercado laboral

13 de agosto del 2025


Especialistas coinciden en que la diferencia responde a factores estructurales como la distribución desigual del cuidado y la rigidez del mercado laboral

Especialistas coinciden en que la diferencia responde a factores estructurales como la distribución desigual del cuidado y la rigidez del mercado laboral.

La Encuesta Suplementaria de Ingresos (ESI), elaborada por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) como parte de la Encuesta Nacional de Empleo (ENE), reveló que en 2024 los ingresos laborales promedio en Chile alcanzaron los $897.019 netos mensuales, es decir, el ingreso bruto menos los descuentos legales, lo que significa que siete de cada diez personas percibieron montos iguales o inferiores a esa cifra. En tanto, el ingreso mediano, que corresponde al que recibe una persona representativa de la mitad de la población, llegó a $611.162, lo que implica que el 50 % de quienes trabajaron en el país obtuvo ingresos menores o iguales a ese monto.

La encuesta también evidenció una marcada brecha de género. Los ingresos medio y mediano de los hombres fueron de $1.001.510 y $698.255, respectivamente, mientras que en las mujeres alcanzaron $756.715 y $555.362. Esto implica una diferencia de -24,2 % en el ingreso medio, en desmedro de las mujeres.

Víctor Salas, economista y académico de la Facultad de Administración y Economía de la Universidad de Santiago de Chile, señaló que la persistencia de la brecha salarial se relaciona con la distribución desigual de las tareas de cuidado. Explicó que las mujeres suelen asumir el cuidado de niños, adultos mayores o personas con discapacidad, lo que limita su disponibilidad laboral.

Luis Méndez, doctor en Economía, profesor de la Universidad del Bío-Bío y director del Observatorio Laboral Bío-Bío, apuntó que las inflexibilidades del mercado impiden que muchas mujeres accedan a empleos mejor remunerados. Según dijo, esto ocurre tanto por la carga familiar que enfrentan como por la concentración femenina en ocupaciones tradicionalmente asociadas al género, como manipulación de alimentos, cuidados infantiles, labores administrativas o trabajos técnicos feminizados, que suelen recibir menores salarios que oficios técnicos dominados por hombres.

El especialista agregó que la brecha no se debe a una mayor tasa de desempleo femenino en comparación con los hombres, sino a las razones estructurales y culturales antes mencionadas.

Políticas para revertir la brecha

Yamil Tala, investigador de la Facultad de Gobierno de la Universidad del Desarrollo, advirtió que gran parte de la diferencia salarial no se explica solo por remuneraciones distintas para un mismo cargo, sino también por factores como la carga de cuidado, interrupciones prolongadas en la carrera laboral y mayor presencia femenina en empleos de media jornada o informales.

Tala sostuvo que la experiencia de países de la OCDE demuestra que esta brecha puede reducirse con políticas que fomenten la participación femenina en el mercado laboral. Mencionó como ejemplo el cuidado infantil accesible y flexible, y citó los casos de Países Bajos, Australia y Canadá, donde un sistema mixto de subsidios a familia.

El investigador también destacó que en países nórdicos y en Alemania se han implementado permisos parentales que reservan una parte para el padre con alta tasa de reemplazo salarial, lo que ha incentivado su uso y reducido el tiempo que las mujeres permanecen fuera del mercado laboral tras la maternidad.

Por su parte, Méndez planteó que la Ley de Sala Cuna Universal sería un avance relevante, junto con la modificación de la normativa laboral para permitir jornadas más flexibles. Recordó que existen múltiples experiencias internacionales, especialmente en la OCDE, donde la organización de los cuidados está más desarrollada que en Chile.

En la misma línea, Carmen Cifuentes, investigadora de CLAPES UC, señala que reducir la brecha salarial de género exige una combinación de medidas estructurales y de corto plazo. Según explicó, un primer paso es implementar transparencia salarial obligatoria, de manera que las empresas publiquen sus rangos de remuneración por cargo y realicen auditorías periódicas con planes de corrección. Puso como ejemplo el caso de Islandia, que instauró un sistema de certificación para que las compañías demuestren que pagan lo mismo por trabajo de igual valor, lo que ha reducido de forma sostenida la brecha ajustada en la última década.

Cifuentes recalcó la urgencia de universalizar el acceso al cuidado infantil de calidad, especialmente para menores de 0 a 3 años, a través de la implementación efectiva de la Ley de Sala Cuna Universal. A esto sumó la necesidad de avanzar hacia permisos parentales más equilibrados, con semanas intransferibles para los padres, y de promover una agenda más amplia de corresponsabilidad. Como referencia, mencionó el caso de España, que igualó la duración de los permisos para hombres y mujeres en 16 semanas cada uno, con una parte obligatoria e intransferible.

Visualizar en Fuente.

Autora en mención: Carmen Cifuentes

Fuente: Emol

Información

editMedio de publicación

Prensa Escrita

faceTipo de contenido

Noticia

styleCategorías

Laboral

local_offerEtiquetas

imagen de card

Carmen Cifuentes

Ing. Comercial y Magíster en Economía Mención Políticas Públicas UC

searchVer más de este autor
Clapes UC | Centro Latinoamericano de Políticas Económicas y Sociales
Clapes UC
Avenida Libertador Bernardo O'Higgins 440, Piso 13. Santiago de Chile
phone +56 (02) 2354 2224