19 de noviembre del 2025
Déficit en cuenta corriente del PIB pone otra nota de cautela
Chile cerró el tercer trimestre con un déficit más amplio en su cuenta corriente, un indicador que muestra si el país gasta más de lo que ingresa en sus relaciones con el exterior. La principal razón detrás de este movimiento no está en un exceso de consumo, sino en un salto puntual de la inversión, especialmente en maquinaria importada.
La cifra apunta a un déficit equivalente al 5,4% del PIB, lo que denota una agudización tras el 3,9% en igual período de 2024.
El nivel registrado entre julio y septiembre es superior a los déficits del primer y segundo trimestre. No es que sea un saldo negativo que se vaya a mantener en el tiempo, cree Hermann González, coordinador macroeconómico de CLAPES UC.
Sostiene que el déficit fue puntualmente alto y se origina en el aumento en la inversión y no por un exceso de gasto en el consumo de hogares y del Gobierno. “Tuvimos una aceleración en la inversión, principalmente explicado por el componente de maquinaria y equipos importados, que creció más del 20% real”, dice.
La cuenta corriente registra las entradas al país por las exportaciones y lo que sale por importaciones, así como rentas, intereses o transferencias al exterior por dividendos de inversiones extranjeras. El déficit se puede leer de dos formas: como exceso del gasto sobre el nivel de ingresos de la economía, o por una inversión mayor que el ahorro. Al estar, en este caso, causado por una recuperación de la inversión, no necesariamente es algo negativo, explica González.
El déficit de 5,4% (son US$ 4.599 millones) refleja el deterioro persistente de la balanza de servicios, con incrementos en los costos del transporte y dependencia de servicios tecnológicos y empresariales importados, a lo que se suma la repatriación de utilidades de firmas con inversión extranjera, indica Pablo Müller, académico de la Universidad Autónoma.
Destaca, eso sí, que frente al déficit de 10% del PIB en 2022, hay una corrección significativa. La trayectoria reciente que indica que el país está ordenando parte de sus cuentas externas, en un rango que exige prudencia. “Chile continúa dependiendo en buena medida del financiamiento externo y eso obliga a mirar con cuidado la inversión, las exportaciones y las condiciones financieras globales”, subraya.
Cuando un país consume más de lo que produce con déficits persistentes financiados en el sector externo, el riesgo es que cambios bruscos en el acceso a ese financiamiento pueden llevar a fuertes reducciones en la inversión y el consumo, por lo que analistas suelen instar a la cautela.
La lectura de Juan Ortiz, investigador sénior del Observatorio del Contexto Económico (Ocec-UDP), es que el déficit del tercer trimestre refleja el financiamiento de la inversión total a partir del ahorro externo. En el tercer trimestre, la inversión total alcanzó 26,2% del PIB, la cifra más alta desde el similar lapso de 2022. Sin considerar el período de pandemia y su impacto, esta cifra no se observaba desde el primer trimestre de 2019. También destaca que la inversión en capital fijo llegó a 25,4% del PIB, por encima del promedio de 23,9% de la última década.
Hay “un impulso de la inversión y un menor nivel de ahorro nacional, que llega a 20,8%, la menor cifra del año luego de que el primer semestre alcanzara a 22,2% del PIB”, dice Ortiz.
Fuente: El Mercurio - Cuerpo B, Página 1.
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