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Consumo y minería impulsarían un crecimiento moderado de la economía Chilena

31 de diciembre del 2023


Consumo y minería impulsarían un crecimiento moderado de la economía Chilena

Expertos están más optimistas, pero cautelosos:

Consumo y minería impulsarían un crecimiento moderado de la economía Chilena

Tras el estancamiento de este año, las proyecciones para el PIB se concentran entre 1% y 2% para el año que se inicia. La inflación continuará retrocediendo, al igual que las tasas de interés. Y junto a una menor incertidumbre, se volvería a elevar el consumo de los hogares, tras la fuerte caída de 2023. 

La llegada del Año Nuevo traería mejores tiempos para la economía chilena. O, tal vez, menos malos que el año que termina. 

Luego de un 2023 con la actividad estancada, alta inflación y débil empleo, en 2024 el PIB volverá a crecer, pero en forma muy moderada, mientras que la inflación y las tasas de interés seguirán en descenso. 

2023, en todo caso, fue menos malo de lo que se previó. Ahora se estima que cerrará con una variación del PIB en torno a 0%, pero a principios de año el consenso de los analistas apuntaba a una contracción de 1,5%. Los más pesimistas veían caídas superiores a 2%. El Banco Central proyectó a fines de 2022 que este año la economía caería entre -1,75% y -0,75%. Incluso Hacienda, aunque finalmente estuvo más cerca del resultado, estimó en enero una contracción de 0,7% de la actividad este año. 

Para la inversión, a inicios de 2023 el mercado estimaba una caída de 4,5%. Si bien el descenso será menor, en torno a 2%, de todos modos no logró pasar a terreno positivo. Siguen jugando en contra las altas tasas de interés, la incertidumbre política y económica y la "permisología" en la tramitación de proyectos. 

Con una estimación en torno a 4,5%, la inflación terminará 2023 algo mejor que el 5% que se estimaba a inicios de año. En 2024 seguiría cediendo para llegar a la meta de 3%. 

"El Mercurio" consultó a un grupo de economistas cómo se viene el 2024 y hay consenso en que al menos la economía volverá a cifras positivas, pero aún con riesgos. 

Aquí las proyecciones del economista jefe del BCI, Sergio Lehmann; el economista jefe del Grupo Security, Felipe Jaque; el economista jefe del banco Bice, Marco Correa; la economista del Santander, Carmen Gloria Silva; el gerente de Estudio de Gémines, Alejandro Fernández; y el coordinador macroeconómico de CLAPES UC, Hermann González

Inflación llegará a la meta y la tasa seguirá bajando 

Tras superar 14% en agosto del año pasado, la inflación se redujo gradualmente durante 2023 y se espera que termine el año en torno al 4,5%. Este descenso continuará en 2024 y los expertos coinciden en que se ubicará en la meta de 3% del Banco Central hacia mediados de año, para cerrar en diciembre en ese nivel. Esto permitiría al ente emisor seguir con los recortes de la tasa de política monetaria (TPM) bajo el 5%.

"Estimamos que la TPM terminará en el rango de 4,5% a 5,0%, pero de todas formas existe un riesgo de que las autoridades del Banco Central la bajen más rápido pues la inflación llegaría al 3% a mediados del año, por lo que no se justificaría mantener niveles de tasas contractivos", dice Marco Correa. 

"Con la inflación en 3%, la principal razón para que la TPM no baje hasta su nivel neutral de 4% es el impacto que los recortes más acelerados podrían provocar en el tipo de cambio. En ese sentido, si en EE.UU. la Reserva Federal baja las tasas más rápido de lo anunciado, se abren espacios para que acá la tasa también baje más rápido", agrega Hermann González.

Alejandro Fernández estima que la inflación podría caer en 2024, incluso algo por debajo de la meta de 3%, para cerrar en 2,5% en diciembre. Con ello la tasa de interés llegaría a 4,5% a fin de año. 

La proyección de Sergio Lehman es de 3%, y eso incluye una normalización de las tarifas eléctricas que mantienen congelada un alza por el componente de generación. Y la tasa terminaría entre 4,5% y 4,75%. 

Dispares expectativas para el mercado laboral 

Poca mejoría ve Alejandro Fernández para el mercado laboral. Más bien estima que la tasa de desocupación se estabilizará y mantendrá cerca de un 9% promedio anual. El bajo crecimiento de la economía y el aumento pendiente del salario mínimo a $500 mil en julio de 2024 atentarán contra un mejor desempeño. A esto se suma la mayor incorporación de personas a la fuerza de trabajo, que no sería completamente absorbida por la generación de nuevos empleos. 

"Proyectamos que la tasa de desocupación tendrá un aumento moderado el próximo año y se ubicará en torno a 9% en promedio, desde el 8,6% en 2023", coincide Hermann González. 

Más pesimista aún es Felipe Jaque, quien proyecta una tasa de desempleo promedio de 9,5%, producto de un crecimiento del empleo de solo 1%, acorde con una economía que si bien va de menos a más en el año, no logra generar un crecimiento mayor del empleo. 

Una visión algo distinta tiene Sergio Lehmann, quien anticipa un "repunte ligero" del mercado laboral, con una tasa de desempleo que retrocede hasta 8,5%. 

En la misma línea, Carmen Gloria Silva espera "un mercado laboral menos castigado, con una recuperación en la creación de empleos, en línea con las perspectivas de expansión de la actividad económica. No obstante, la participación laboral también presentaría un alza gradual, lo que mantendría la tasa de desempleo en torno a 8% a fines de 2024, aún por sobre sus patrones históricos". 

Inversión: estancamiento o tímida recuperación

"La inversión se mueve muy lentamente, pero luego de una caída importante en 2023, en 2024 habría una modesta recuperación, en torno a 0,6%, que se notará con mayor claridad en el segundo semestre. La construcción, en particular, solo comenzaría a recuperarse en el último trimestre", plantea Alejandro Fernández. 

En 2023, la inversión habría caído casi 2%, según el Banco Central, producto de las altas tasas de interés y de la mayor incertidumbre político-económica. 

Hermann González proyecta un avance de la inversión menor a 1% en 2024. "Esto se sustenta en lo que muestran los catastros de inversión y se concentra especialmente en los sectores minería y en energía. La inversión residencial reaccionaría con más rezago, pero esperamos que hacia la segunda parte del próximo año, en un contexto de condiciones financieras menos restrictivas, también empiece a repuntar", detalla. 

A su vez, Carmen Gloria Silva señala que la inversión "continuará con una tímida recuperación en 2024", debido a condiciones financieras menos restrictivas, niveles de incertidumbre política y económica más acotados, junto a perspectivas empresariales menos pesimistas". 

Sin embargo, Sergio Lehmann no es tan optimista y prevé una caída de 1,5% para la inversión el próximo año, ya que, en su opinión, las mejores condiciones de financiamiento recién permitirán un ligero repunte hacia 2025. "La 'permisología' será aún un freno para el inicio de nuevos proyectos", advierte. Por ello, dice que se requiere avanzar con mayor rapidez en las iniciativas que reducen la burocracia y restan discrecionalidad a los actuales procedimientos de aprobación de nuevas inversiones. 

Coincide Felipe Jaque, quien plantea que la incertidumbre se ha mantenido elevada por mucho tiempo y para salir de un escenario de estancamiento de la inversión "toman relevancia los temas vinculados al proyecto de 'permisología' y pacto fiscal, aunque también son críticos los temas de pensiones, que tocan al mercado de capitales".    

Dólar con leve tendencia a la baja, pero sobre $800 

"Dentro de un marco de alta volatilidad, como ha sido la tónica en los últimos años, el tipo de cambio exhibirá una tendencia a la baja, para terminar el 2024 en torno a $850", pronostica Alejandro Fernández. 

Marcos Correa dice que para que el tipo de cambio baje con mayor fuerza, es necesaria más claridad respecto a la política monetaria de Estados Unidos, iniciando un ciclo de reducción en su tasa de interés a mediados de 2024, lo que mantendría presionado a la baja al dólar frente a sus pares. También sería necesario que el precio del cobre se estabilice en torno a los niveles de US$ 3,8-US$ 3,9 la libra, favorecido por una actividad estable en China y menores niveles de inventarios. "Lo anterior, sumado a una normalización en los flujos de inversionistas extranjeros y una acumulación de reservas por parte del Banco Central que no altere de sobremanera al mercado, llevaría al tipo de cambio hacia niveles de $830-$840 en los próximos 6 a 12 meses", afirma. 

"Un enfoque tanto estructural como de variables financieras externas y locales, nos lleva a proyectar un tipo de cambio en niveles de $830 hacia el cuarto trimestre del año. En estas estimaciones son relevantes los diferenciales de crecimiento, los términos de intercambio, así como diferenciales de tasas de corto plazo y primas por riesgo", revela Felipe Jaque. 

Hermann González ve que fluctuará entre $850 y $890, "pero si se materializa alguno de los escenarios de riesgo externo o si por razones internas aumenta la incertidumbre y el desempeño de la economía no mejora, el tipo de cambio volvería a aproximarse a $1000".

Economía crece, pero con riesgos 

El consenso de los analistas apuesta a que la economía logrará crecer en torno a 1,7% el próximo año, con proyecciones que fluctúan entre 1% y algo sobre 2%. Esto está en línea con lo pronosticado recientemente por el Banco Central en su último Informe de Política Monetaria (IPOM), que anticipó un rango de crecimiento entre 1,25% y 2,25% para 2024. Más optimista está Hacienda, que en el presupuesto 2024 proyectó un avance del PIB de 2,5%. 

Los economistas coinciden en que el principal motor del crecimiento aunque sigue en niveles moderados- será el consumo privado, que en 2023 habría caído cerca de 4,6%, según el Banco Central. 

Hermann González, economista de CLAPES UC, estima que el PIB crecerá entre 1% y 2% en 2024, con un avance del consumo de 1,8%. "Este año el consumo privado se contrajo cerca de 5% y eso mismo permitirá que, sin un esfuerzo muy significativo, el próximo año veamos cifras positivas en este componente del gasto que ya habría terminado su ajuste y que representa cerca de dos tercios del producto", explica. 

Entre los factores que incidirán positivamente el próximo año destacan la reducción de las tasas de interés, el efecto positivo de la menor inflación en los salarios reales y la menor incertidumbre política interna. 

Para el economista jefe del banco BCI, Sergio Lehmann, la actividad se expandirá 1,7% el próximo año, con un impulso "moderado" del consumo de los hogares, de 1,3%, particularmente en bienes durables, que son más sensibles a las bajas en las tasas de interés. 

En la misma línea, el economista de Gemines, Alejandro Fernández tiene una estimación de 1,5% para el PIB, fundamentalmente explicada por una recuperación del consumo, para el cual anticipa un avance en torno a 3,1%.

En el banco Santander anticipan un crecimiento de 2%. "Esta recuperación se daría principalmente por mejores proyecciones para el consumo interno y la inversión, dadas las condiciones financieras menos estrechas. Desde el ámbito externo, vemos un repunte en las exportaciones gracias a la maduración de proyectos mineros y a mejores perspectivas económicas para nuestros socios comerciales", dijo la economista del banco Carmen Gloria Silva. 

En la parte alta de las proyecciones se ubica el banco Bice, que apunta a un crecimiento del 2,2%. El economista jefe Marco Correa agrega que las exportaciones también aportarían, por una posible mayor demanda desde China y, "desde el punto de vista de producción, la minería se vería favorecida por nuevas faenas relevantes". 

El economista jefe del Grupo Security, Felipe Jaque, quien prevé un alza del PIB de 1,5%, sostiene que además de la baja de tasas internas, en el plano externo el impulso no sería significativo, pero se mantendría con términos de intercambio relativamente elevados, de la mano del precio del cobre en rangos de US$ 3,75 la libra y un precio del petróleo cercano a U$ 80 por barril. "La proyección de crecimiento es moderada, dado que estimamos que el estancamiento en las reformas y leyes más ligadas a temas micro de cada industria mantienen un impulso muy reprimido a nivel de la inversión", sostiene. 

Pese a ello, Hermann González resalta que persisten riesgos que podrían presionar a la baja. En lo interno, dice que podría aumentar la incertidumbre política o se podría interrumpir o ralentizar el proceso de recortes de tasas de interés ante un eventual rebrote inflacionario. A nivel externo, los riesgos son una intensificación de las tensiones geopolíticas, un ajuste mayor en China por el deterioro del mercado inmobiliario y el riesgo de recesión o las elecciones en Estados Unidos.

 

Autor en menciónHermann González

Fuente: El Mercurio - Cuerpo B, Página 10

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Hermann González

Ing. Comercial y Magíster en Economía UC.

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