21 de noviembre del 2024
CHILE: ¿Creciendo o Estancado?
Tras el decepcionante Imacec de septiembre (0% interanual revisado luego a 0,3%) se reabrió el debate sobre si la economía chilena está creciendo o está estancada. El Gobierno, por supuesto, sostiene que la economía crece y destaca para respaldar su posición la expansión de 2,3% que registró el PIB durante el tercer trimestre. Aunque la cifra es incuestionable, sigue presente entre algunos la percepción de que la economía no crece o, al menos, no lo suficiente.
¿En qué se basa esta percepción? Para argumentar de forma objetiva, un dato que permite explicar esta sensación que el Imacec de septiembre está en el mismo nivel desestacionalizado que tenía a fines de 2021, es decir, el crecimiento de algunos trimestres, como el tercero de este año, solo ha permitido compensar otros trimestres de caída de la actividad. La economía no ha progresado en los últimos tres años y, en términos per cápita, el ingreso promedio de los hogares no solo se ha estancado, sino que ha disminuido.
“La negativa percepción se refuerza al observar la evolución del desempleo. La tasa de desocupación fue 8,7% en el trimestre móvil terminado en septiembre, mientras que en igual período de 2019 era 7,3%”.
Posiblemente, la percepción de estancamiento económico no se refiere al PIB, que es una variable que puede ser lejana para el común de las personas. Sin embargo, todos consumimos bienes y servicios. Y, respecto del consumo, los datos muestran que, tras el fuerte ajuste de 2022, éste está virtualmente estancado en el nivel en el que se estacionó el primer trimestre de 2023. Otra señal de nulo avance.
Si los argumentos anteriores no son suficientes, quizás valga la pena mirar otras cifras que permitan entender la situación actual de la economía. En lo que va del año, el PIB acumula una expansión de 2,1% respecto de igual período de 2023, pero solo de 1,6% cuando se excluye la minería, sector que lidera el crecimiento. Por el lado del gasto, los componentes que más se expanden en el año son las exportaciones (muy vinculadas con la expansión de la minería) y el consumo de Gobierno. En consecuencia, aquellas empresas o trabajadores que se desempeñan en sectores privados distintos de la minería, tienen razón en percibir un desempeño peor que el promedio de la economía.
La negativa percepción económica se refuerza cuando se observa la evolución del desempleo y de la inflación. La tasa de desocupación fue 8,7% en el trimestre móvil terminado en septiembre, mientras que en igual período de 2019 era 7,3%. No solo factores cíclicos, sino que también estructurales están detrás de este retroceso, otro tema que requiere mayor atención. Por el lado de los precios, la persistencia inflacionaria acentuada por el tardío, pero necesario traspaso del alza de las tarifas eléctricas está golpeando con fuerza a los hogares. Para dimensionar las consecuencias de la alta inflación, no olvidemos que en EEUU un aumento acumulado de precios de 25% desde inicios de 2019 fue uno de los factores que incidió en la caída del partido Demócrata. En Chile, en el mismo período, el nivel promedio de precios subió 38%.
Como en muchos temas económicos la respuesta a la pregunta que se plantea no es blanco o negro, sino que hay matices, pero lo cierto es que el país enfrenta importantes desafíos económicos. Uno fundamental es volver a crecer y mientras más temprano se reconozca este como un tema prioritario y nos hagamos cargo, menor será el costo para la población.
Fuente: Diario Financiero
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Macroeconomía