29 de julio del 2020
La semana pasada en una reunión vía zoom comprobé algo que siempre había sospechado: mucha gente no tiene clara la diferencia entre economía y finanzas. En lo que sigue intentaré aclarar esta diferencia.
La economía es una ciencia social; las finanzas son una disciplina cuantitativa. De hecho, Smith (La Riqueza de las Naciones) no usa ninguna ecuación, y Keynes (Teoría General del Empleo, el Interés y el Dinero) usa muy pocas. Un libro de finanzas sin ecuaciones, sin embargo, es como un asado sin vino—un concepto imposible. Esto, por supuesto, no significa que la economía sea una disciplina inferior o superior a las finanzas, es simplemente distinta.
Samuelson, en su libro con Nordhaus, da en mi opinión la mejor definición de economía que conozco, breve y simple: lo esencial de la economía es entender como una sociedad emplea sus recursos escasos (esto es, finitos). La Enciclopedia Británica (más confiable que Wikipedia) expresa: el estudio de la creación y distribución de riqueza, la conducta de los precios, y las fuerzas que determinan el ingreso nacional y el empleo.
Las finanzas se refieren a algo más concreto: manejo de dinero e inversiones. Dicho de otra forma, cubren todos los vehículos y mecanismos que conectan a los inversionistas y ahorrantes con aquellos que necesitan capital y crédito. Las tres grandes áreas son las finanzas personales, corporativas, y públicas (gobierno).
Es obvio que estas disciplinas se tocan en ciertos ámbitos, pero son más las diferencias que las similitudes. De hecho, en términos académicos, al contrario de la economía que siempre reside en facultades especializadas, las finanzas también han encontrado albergue en departamentos de matemáticas o escuelas de ingeniería.
Los libros de economía hablan de inflación, trabajo y desempleo, oferta y demanda, monopolios, y política monetaria. Los libros de finanzas hablan de acciones y bonos, riesgo y retorno, portafolios eficientes, productos derivados, y manejo de riesgo.
Por último, una diferencia pragmática: las finanzas, desde un punto de vista personal, son una disciplina más peligrosa. En el terreno de las finanzas los errores (normalmente pérdidas grandes de dinero) cuestan caros y son casi siempre fatales en términos profesionales. No hay segundas oportunidades. Por el contrario, un economista que comete grandes errores casi siempre puede empezar de nuevo. Nunca falta el organismo internacional o consultora dispuesto a recibirlo. Creo innecesario dar ejemplos.
Arturo Cifuentes Investigador Asociado en CLAPES UC Fuente: El Mercurio, cuerpo B, pagina 4. 29 de julio 2020 Visualizar Columna en FuenteeditMedio de publicación
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