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Somos los que somos: ¿el futuro del mercado laboral?

20 de mayo del 2016


Creo que una de las frases más usadas por los chilenos cuando hablan sobre nuestra sociedad y nuestra economía  es “Chile ha cambiado mucho en los últimos años”. Seguramente es así. Estos cambios han sido en muchas dimensiones,  y me parece que una de las más relevantes es el mercado laboral.  Me parece que en los próximos años, éste  seguirá cambiando y a pasos acelerados. Veamos por qué. A comienzos de los años ochentas, la población económicamente activa (PEA), crecía cerca del 3% anual (datos de CELADE, esta es la división de población de la CEPAL). Esto quiere decir que cada año había una cantidad mayor de personas disponibles para trabajar y por lo tanto nuestra fuerza de trabajo se expandía rápido. La historia en el año 2016 es muy distinta. La PEA se expande sólo al 1.6%. De aquí al 2030, la tasa de crecimiento de la PEA estará en 0.8% por año, es decir prácticamente estancada y al 2050, este dato va a converger prácticamente a cero (0.2% de acuerdo a CELADE). Para que nos hagamos una idea en términos de números de personas, en 1991 la PEA creció en casi 180 mil personas, pero de acuerdo a las proyecciones de CELADE, en 2016 esto crecería en cerca de 136.000 y para 2030 crecería menos de 80.000 personas y en 2050 menos de 20.000 personas. O sea, de aquí a los próximos 35 años, en materia de cantidad de personas en el mercado laboral: “somos los que somos”. Podríamos argumentar que esto no necesariamente será así sobretodo porque hay espacio para que las mujeres sigan incrementando su tasa de participación laboral, y así siga creciendo en el futuro la tasa de participación laboral en el país. En principio parece buen argumento, pero no es tan fácil. Sólo para tener una idea porqué considere lo siguiente. Si comparamos la tasa de participación laboral promedio de mujeres en países OECD (países más bien desarrollados) con la misma tasa en Chile, nos llevaremos algunas sorpresas. Por ejemplo, en el grupo de edad 20 a 24 años, la tasa de participación laboral femenina es de 71%, mientras que en Chile es de 67%, es decir muy similar. No hace mucho tiempo, las diferencias eran mucho mayores. Por ejemplo en el año 2000, la tasa promedio OECD era de 67% y Chile tenía sólo 51%. Este cierre de brechas en participación laboral femenina ha ocurrido en varios grupos de edad, por ejemplo en el grupo de 30 a 34 años, en 1996 Chile tenía una tasa de 45.8% mientras que la OECD estaba en 65.3%, es decir casi 20 puntos a favor de la OECD. En 2014 esas mismas tasas era de  70.8% para la OECD y de …. 71.7% para Chile!!!  Es decir, no sólo se había cerrado la brecha, sino que Chile tuvo una tasa mayor. Tomado el grupo de 15 a 64 años de edad, la tasa de participación femenina en Chile era de 56% mientras que en el promedio de países OECD fue de 63%. Queda por lo tanto muy poco espacio para aumentar las tasas de participación femenina, que se parece cada vez más, por lo menos en lo que respecta a los esfuerzos por trabajar, al promedio de los países de la OECD. Otra alternativa, sobre todo para un país que envejece como Chile, es aumentar la participación laboral de adultos mayores. Efectivamente, a los 65 años muchas personas están en excelente condiciones para seguir trabajando, y en la medida que quieran hacerlo de forma voluntaria, parece una buena idea tratar de implementar medidas de políticas públicas que incentiven la idea que nuestros adultos mayores se mantengan en la fuerza de trabajo. Si bien parece una buena idea, las cifras muestran que los mayores de 65 años en Chile ya trabajan bastante cuando se les comparar con sus pares de la OECD. En Chile, la tasa de participación laboral de los mayores de 65 años era de 23.4% en 2014 mientras que el promedio de los países OECD era de 13.8%. De ahí que no parece fácil aumentar nuestra fuerza de trabajo por esta vía. En ese contexto, es muy probable que en nuestro mercado laboral en un futuro no tan lejano, “seamos los que seamos”.   Para un país en crecimiento, aunque sea moderado, el  hecho que la cantidad de personas en el mercado laboral crezca poco, debería obligar a las empresas a aumentar salarios y mejorar las condiciones laborales para atraer trabajadores. Esto no sólo lo verán los chilenos, sino que posiblemente significará que cada vez más personas de nuestros países vecinos y otros de la región, migren a Chile.  Me da la impresión que nuestro mercado laboral va a cambiar y mucho en el futuro. Y eso que en esta columna he dejado fuera muchas otras cosas que deberían afectar al mercado laboral, como los cambios tecnológicos, entre otras cosas –pero pensemos las cosas de a una y dejemos ese tema para otra vez.
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Rodrigo Cerda

Doctor y Master en Economía, Universidad de Chicago. Ingeniero Comercial y Magíster en Macroeconomía UC.
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