1. Iniciokeyboard_arrow_right
  2. En los medioskeyboard_arrow_right
  3. Mujeres, la mejor inversión

Mujeres, la mejor inversión

8 de marzo del 2016


La evidencia internacional es clara: mayor participación de la mujer en el mercado laboral promueve el crecimiento económico. De hecho, un reciente estudio de McKinsey & Company sostiene que igualar la tasa de participación femenina en la fuerza laboral a los niveles de participación masculina podría añadir hasta $ 28 trillones de dólares (26%) del PIB mundial anual en 2025. Así, el empoderamiento económico de la mujer es un buen negocio. En Chile, sin embargo, las mujeres están indiscutiblemente subrepresentadas en el mercado laboral. Su tasa de participación alcanza tan sólo el 55,7% y dista bastante de las tasas de participación en los países más desarrollados (promedio OECD 63%). Esta cifra no sólo muestra que tenemos un enorme desafío por delante, sino que también impresiona, ya que según datos de la última encuesta Casen, las mujeres entre los 24 y 35 años tienen en promedio 12,7 años de escolaridad y son incluso más educadas que los hombres de ese mismo rango de edad (diferencia estadísticamente significativa). ¿Cómo se explica tal situación? ¿Más educadas, menos empleadas? Hoy, las mujeres tienen una responsabilidad desproporcionada con respecto al trabajo no remunerado de cuidados a personas dependientes y quehaceres del hogar. En efecto, del total de mujeres inactivas entre 15 y 59 años, un 51,1% declaró dicha razón para no haber buscado empleo, en comparación con el 1,65% de los hombres del mismo rango de edad (Casen 2013). La ausencia de una cultura de corresponsabilidad es uno de los factores más relevantes a la hora de explicar la baja participación laboral de la mujer. La solución radica en que se construyan los cambios culturales necesarios y se legisle de acuerdo a ello. Esto último es sumamente importante por cuanto políticas públicas mal diseñadas pueden terminar perjudicando el grupo que se buscaba beneficiar. La Ley de Salas Cuna (artículo 203 del Código del Trabajo), que obliga al empleador con 20 o más trabajadoras a ofrecer salas cuna, es un ejemplo de ello. Dicha ley buscaba aumentar la participación laboral femenina, dando oportunidades laborales a mujeres con hijos pequeños. La evidencia, sin embargo, encuentra que ahora no solo las empresas contratan menos mujeres, sino que cuando las contratan, les pagan menos (Escobar, 2014 y Urzúa et al. 2014). Estas complicaciones surgen porque la legislación recoge la visión cultural de que es la mujer la responsable de los hijos, y no ambos padres. Promover la igualdad de género, buscando aumentar la participación laboral femenina y eliminar las brechas salariales, no sólo es necesario para evitar discriminaciones arbitrarias, sino que además es una buena inversión. Todos tenemos un rol en la generación de un cambio cultural hacia una mayor igual de género y menor sexismo. Para colaborar en este proceso, un primer paso es legislar contra estereotipos y a favor de políticas que promuevan la corresponsabilidad. Sólo así podremos decir que como país estamos dando los pasos necesarios para alcanzar el desarrollo pleno, con una empoderada fuerza laboral femenina.
Información

editMedio de publicación

Prensa Escrita

faceTipo de contenido

Columna

styleCategorías

Laboral
Clapes UC | Centro Latinoamericano de Políticas Económicas y Sociales
Clapes UC
Avenida Libertador Bernardo O'Higgins 440, Piso 13. Santiago de Chile
phone +56 (02) 2354 2224