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¿Cómo escapar de la trampa de ingresos medios?

25 de junio del 2015


Algunos países avanzan sólo la mitad del camino entre la pobreza y la  prosperidad. Muchas veces son casos de países que prometían crecer rápido y  alcanzar un alto grado de desarrollo, pero por una u otra razón se quedan en  la promesa. Estos países caen en la trampa de los ingresos medios.  Hay casos de otros países que escapan de esta trampa y dan el salto. Un  ejemplo es Corea, cuyo producto per cápita en 1980 era sólo el 17.4% del  producto per cápita de Estados Unidos (medido a paridad de poder de compra,  ppc) pero que debido a sus altas tasas de crecimiento económico alcanzó  cerca del 65% del PIB per cápita de Estados Unidos en 2010. Un ejemplo  similar es Taiwán, que a comienzos de los 80s tenía un PIB per cápita  equivalente a sólo el 32% del de EE.UU pero que dio el salto y en 2014 llegó  al 84% del PIB per cápita de EE.UU.  Pero hay muchos países que caen en esta trampa de ingresos medios y que  incluso retroceden. Ejemplos son Senegal y Sierra Leona que a comienzos de  los 80s tenían cerca 8% del PIB per cápita de EE.UU. ; cifra que en 2014 ha  disminuido prácticamente a la mitad.  ¿Cómo andamos por casa? El PIB per cápita de Chile en 1980 era el 27.3% del  PIB per cápita de Estados Unidos (ppc). Es decir, en promedio cada chileno  tenía sólo un cuarto del PIB per cápita de un habitante de Estados Unidos.  Mala cosa. Pero peor aún, esta cifra cayó y llegó cerca del 21% en 1985.  Esto significó que Chile no sólo tuvo magras cifras de crecimiento, sino que  avanzaba más lento que EE.UU. y nos rezagábamos cada vez más respecto a los  niveles de desarrollo de ese país. Desde 1986 en adelante, cuando Chile  empieza a crecer rápido –lo que en algún momento llamamos el milagro  chileno-, nos permitió acercarnos a Estados Unidos y en 2014, nuestro PIB  per cápita llegó al 42% del PIB per cápita de USA. ¡Pero de todas formas  qué lejos aún estamos del nivel de desarrollo de EE.UU.! Muy distinta es  nuestra historia cuando nos comparamos con Corea o Taiwán que dieron el  salto en el mismo periodo de tiempo.  Hay muchas cosas de aprender Corea o Taiwán. Lo primero es que no basta con  periodos cortos de alto crecimiento como Chile entre 1986 y 1997; sino que  hay que sostener las altas tasas de crecimiento durante varias décadas como  lo hicieron estos países. Corea y Taiwán crecieron en promedio en los  últimos 40 años en 7.1% y 5.3%.  ¿Pero cómo hacerlo? Un trabajo reciente de Cherif y Hasanov (2015) nos  ilustra al respecto. Ellos comparan la experiencia de Malasia con la Taiwán  y Corea. El caso de Malasia es interesante para nosotros porque tal como  Chile es una economía que ha tenido tasas de crecimiento positivas pero más  bajas que Corea y Taiwán (promedio últimos 40 años 2.8%,) que no le han  permitido dar el salto en la magnitud de sus vecinos asiáticos. Malasia  tenía un PIB per cápita de casi 25% del de USA en los 80s y en la actualidad  ha aumentado, pero llegando sólo al 45% como porcentaje del PIB de USA, muy  similar al caso de Chile. Además, el producto per cápita de Malasia ha sido  bastante similar al de Chile en los últimos 40 años.  Raya para la suma: en 2015, el PIB per cápita en dólares proyectado para  Chile y Malasia por el Fondo Monetario Internacional es de 23.556 y 25.631;  muy por debajo de los 36.601 de Corea, de los 47.898 de Taiwán y de los  56.421 de EE.UU (todas cifras a ppc).  ¿Por qué se rezagó Malasia de Taiwán y Corea? La respuesta está en la  productividad, que mientras en Taiwán y Corea crecía a un promedio de 1.8%  por año, en Malasia sólo lo hizo a un 0.8% por año. De acuerdo a Cherif y  Hasanov (2015)1 esta diferencial de productividad se explica por  mayor innovación y creación de nuevas tecnologías locales en Taiwán y Corea.  Esta es una explicación razonable en la medida que países que no realizan  innovación no utilizan ni obtienen la mayor rentabilidad de sus talentos y  tampoco tienen acceso a infraestructura de punta. Las cifras parecen dar  sustento a la hipótesis. El gasto como porcentaje del PIB en investigación y  desarrollo en Corea en 2011 bordeaba el 4.4% mientras que en Malasia sólo  superaba marginalmente el 1% y en Chile estamos aún más bajo con sólo cerca  del 0.4% (dato 2013). El hecho que la creación de tecnología sea baja en  Malasia y Chile comparada con Taiwán o Corea se hace evidente al observar el  número de patentes (para invenciones) otorgadas en Estados Unidos para  nuevos productos. En 2001, Taiwán obtuvo 6.545 patentes y Corea 3.763. En  2014, estos datos habían crecido a 12.254 y 18.161 respectivamente (ver  http://www.uspto.gov/web/offices/ac/ido/oeip/taf/cst_all.htm). Distancias  siderales si se compara con Malasia y Chile, que en 2001 tuvieron 56 y 16  patentes respectivamente; cifras que al 2014 sólo crecieron a 271 en el caso  de Malasia y 64 en el caso de Chile.  En el contexto de bajo crecimiento por el que estamos atravesando, toman aún  más relevancia estos temas. Ciencia, tecnología e innovación son  posiblemente gran ayuda para llegar al trampolín que nos permitirá dar el  salto lejos de la trampa de los ingresos medios. Como tal, políticas para  incentivarlos deberían ser hoy un foco de luz que irradie a nuestro país.  Sin embargo; ciencia, tecnología e innovación siguen siendo por el momento  materias pendientes.  1Cherif, R. y Hasanov, F. (2015), “The Leap of the Tiger: How  Malaysia can Escape the Middle-Income Trap”, document de trabajo del Fondo  Monetario Internacional, Junio de 2015.  http://www.economiaynegocios.cl/noticias/noticias.asp?id=156548
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Rodrigo Cerda

Doctor y Master en Economía, Universidad de Chicago. Ingeniero Comercial y Magíster en Macroeconomía UC.
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